El salto europeo de Santiago ‘Santi’ Giménez era inevitable. Pero lo que fue sorpresivo fue su traspaso, a uno de los clubes históricos en Europa: el AC Milán que, en sus años gloriosos, tuvo en su alineación a tres holandeses de época: Rudd Gullit, Marco Van Basten y Frank Rijkaard.
Los tres fueron parte del equipo que ganó para Holanda la Eurocopa de 1988, y que fueron consentidos por los tifosi rojinegros, y quienes en 1989 llevaron al AC Milán a ganar la Champions League.
Entre 1987 y 1995 la escuadra propiedad del magnate de la televisión y posteriormente polémico primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, logró borrar de las competencias europeas al Real Madrid.
Tuve la suerte de ver jugar en vivo a Holanda en el Mundial de Italia 1990, contra Egipto en la sede de Palermo, a ese trío de tulipanes. Me podía perder de acudir a otros partidos y ver otras figuras, menos a la magia que desparramaban en la cancha Gullit, Van Basten y Rijkaard.
Años después, entre 1991 y 1995 como corresponsal que fui en Italia de la agencia Notimex, una de mis tareas era seguir el Calcio italiano, y escribí cientos de notas sobre el poderío del AC Milán.
Suerte al mexicano ‘Santi’ Giménez en su nueva aventura en un campeonato italiano que, hay qué decirlo, llegó a ser el mejor en Europa por encima del inglés, alemán y español, pero que fue decayendo en las últimas dos décadas.
El jugador azteca que recientemente triunfó en Italia fue Hirving ‘Chuky’ Lozano, con el Napoli. Esperemos que siga sus pasos, o mejor, lo supere. “Forza ‘Santi’.