Esta es una palabra que he estado escuchando mucho en los días recientes.
La aplican quienes, justamente, alaban el tricampeonato del América con el que llegan a 16 copas en su historia.
Si se juzga por los números, indudablemente las Águilas son el equipo más grande de México.
Pero ¿realmente lo son?
Cualquiera que sigue el fútbol nacional sabe que algunos de estos títulos están manchados por la trampa, por las conciencias torcidas por el dinero y el poder de la televisión.
Además, como sabiamente lo recordó en un programa de televisión el Tuca Ferretti, el América nunca ha ganado un título internacional, como otras onceavas mexicanas lo han hecho.
De hecho, un grupo de huercos que apenas acaban de salir de la primaria, fueron y se plantaron frente al millonario y poderoso Real Madrid.
Si a esas vamos el Pachuca es más grande que las Águilas.
En el ámbito local mucho se pelea por quién es más grande, si Tigres o Rayados.
Los universitarios juran que ellos, que sus actuaciones y campeonatos la década pasada lo confirma.
El problema es que hoy andan arrastrando el prestigio, hasta San Luis les dio una repasada.
Además, los vecinos de enfrente, como institución, tienen un mejor estadio (sede mundialista, bai de guey), tienen a las bicampeonas femeniles y van a representar al fútbol mexicano frente a los mejores clubes del mundo.
Al final creo que la grandeza depende del ojo de quien la analiza.
Además, tristemente, en unos años pocos, muy pocos, van a recordar aquellos que hoy son elevados como “las más grandes”.
Pero déjenme decirles un secreto: eso de que la gloria es eterna no siempre es verdad.
Así funciona la vida.
Gerardoramosminor@gmail.com