El crecimiento en la Liga MX Femenil de futbol se confirma con cifras alentadoras: en la fase de liguilla del torneo Apertura 2021 registró una asistencia total superior a la de la Liga de Expansión o segunda división de varones.
En los 14 partidos que se disputan para obtener al campeón, en una postemporada regular de ocho finalistas, ellas ingresaron a los estadios 149 mil aficionados, con un promedio aproximado de 10 mil por juego, mientras ellos tuvieron en la tribuna 95 mil, con promedio de 6 mil.
Sin embargo, el progreso que veo del circuito de mujeres no es suficiente. Los hinchas esperamos que llegue una temporada de explosión, un auge taquillero para que el juego de las mujeres se consolide entre el gusto general.
Eso depende, por entero, de las directivas que pueden aún potenciar más el gusto por los partidos de la liga rosa.
Propongo que sean relegadas las diferencias entre los géneros. Los hombres, es sabido, nunca van a poder competir en un circuito de mujeres, y viceversa. La naturaleza demanda que no se mezclen en la cancha, principalmente por seguridad de ellas, pues ellos tienen la carrocería más pesada y no hay forma de equiparar en fuerza.
Pero eso no significa que el juego de hombres sea mejor. Prefiero verlo simplemente como diferente. Los directivos pueden aprovechar esa brecha que hay entre unas y otros.
Una agresiva campaña de marketing para posicionar el futbol femenil puede resultar en un mayor atractivo del público, lo que se reflejaría en una mejor taquilla, más patrocinadores interesados, mas venta de souvenires.
Todo, por supuesto se arreglaría para hacer que las jugadoras tengan mejores condiciones, con mejores salarios.
Es el sencillo circulo virtuoso de una buena idea en movimiento. Es un despropósito hacer comparativos o confrontar los géneros para ver hacia donde se va el grueso de los aficionados, pues la liga de hombres como la conocemos, con las estrellas que vemos cada semana, ya está bien posicionada en el gusto de la hinchada.
Lo mejor es hacer un corredor por el que transiten con libertad las damas para hacen su propio esfuerzo de ganar adeptos. En lugar de condenar al juego de las señoritas a un lugar de relego, por debajo del de los caballeros, se le puede posicionar como un atractivo aparte, diferente.
Digamos, por ejemplo, que los seguidores del volibol ven igual de espectacular los juegos de los dos sexos. El basquetbol también tiene su propio sabor cuando ellas salen a la duela. El futbol de chicas puede también ser una opción refrescante si se le da la debida promoción.
La mercadotecnia puede hacer maravillas en esos rubros. Recordemos, no hace mucho tiempo, cuando Tigres varonil tenía un equipo de media tabla, tirando a malo, a principios del nuevo milenio.
Pero una agresiva campaña de Cementos Mexicanos hacía que el Estadio Universitario se llenara, porque al aficionado se le vendía la idea de que formaba parte de algo importante.
Lo mismo puede funcionar con el futbol femenil, que ha estado descuidado en ese aspecto del negocio. Si se destacara más lo que han conseguido, por ejemplo, jugadoras de Tigres, Rayados, Chivas, América, Pachuca o cualquier equipo, habría niñas inspiradas, se formarían paladares desde la infancia que luego se consolidarían, al crecer, como clientes de un espectáculo saludable y formador.
La hinchada necesita héroes, hacen falta ejemplos. Recuerdo el caso de Mariana Avitia, la arquera mexicana que obtuvo el bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Luego de su éxito se llenaron las escuelas de tiro con arco, porque ella fue un faro, una luz a seguir en un mundo carente de modelos. Sería interesante que un club se decidiera a dar este gran salto para acercar nuevos públicos al juego de las mujeres.
Si bien los fanáticos hombres mayormente van a los juegos de los de su género, se puede hacer que ellas, esposas, hijas, madres, también sigan a las chavas, que encuentren un sabor particular en esos partidos que conectarían con nuevas formas de ver cómo rueda el balón. Serían construidos otros mitos, tradiciones, entusiasmos.
Si alguien diera ese primer paso, creo que serían las directivas de Tigres y Rayados, siempre vanguardistas e innovadoras.
Puede sonar a una ilusión lo que propongo, pero así germinaron, con un sueño, las grandes empresas que luego se consolidaron con renombre internacional, acá en Monterrey.