Me presento muy agradecido con Hora Cero Deportes por este espacio semanal para abordar temas de fitness, activación física, calidad de vida, bienestar integral, físicoconstructivismo y en general disciplinas de construcción y equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu, ya que además de permitirme estar en contacto con los lectores y este maravilloso mundo de los gimnasios y similares, me brinda la oportunidad de regresar a mis orígenes en la comunicación: el periodismo o la redacción deportiva.
Sería el año de 1987 cuando el maestro Armando Díaz Gerding (en paz descanse), entonces una figura indiscutible en el periodismo y el deporte en el Tec de Monterrey, leyó un ensayo sobre la educación física que escribí para la materia de metodología de investigación y me hizo el honor de publicarlo en la revista que él editaba en el campus Monterrey y posteriormente me ayudaría a colaborar en el periódico El Porvenir, donde me inicié y formé en la redacción.
Apenas la semana pasada me enteré del fallecimiento de Javier “El Gordo” Nava, quien fuera mi primer editor y jefe en el mundo periodístico, allá en la redacción de El Porvenir, en Galeana y 5 de Mayo, donde también conocí al entonces coeditor de deportes y ahora director editorial de Hora Cero, mi colega y camarada de muchos años de andanzas, Héctor Hugo Jiménez, a quien agradezco este espacio para informar, reflexionar e incluso debatir, acerca de una de mis grandes pasiones que es el mundo de los gimnasios.
Apenas en recientes semanas entablaba conversación, de esas que son cotidianas en los pisos de los gimnasios, con un joven médico que entrena con un vigor y una fortaleza que brindan los años 30’s, lo cual motiva a los que acudimos a la misma hora, recordando aquellos ayeres donde el metabolismo era mucho más benevolente con uno.
Además de intercambiar impresiones de métodos de entrenamiento, de romper el hielo y de comenzar una convivencia con esos personajes que ves a diario en el “gym”, cuando le revelé mi edad, 55 años rumbo a los 56, el asombro y la adulación fue quizás recíproca cuando comentó lo bien conservado que considera me encuentro, gracias a Dios.
Recordé la forma que yo entrenaba de los 30 a los 40, le felicité por su constancia, disciplina e ímpetu en cada entrenamiento, pero sobre todo coincidimos que, junto con la familia, el trabajo y la salud en todos sentidos, llevar una vida fitness te brinda múltiples beneficios en cualquier edad y mantiene la mente, el cuerpo y el espíritu en equilibrio.
Gracias a Dios he tenido la fortuna de ser competidor de físico, dueño de gimnasio, organizador de eventos internacionales y promotor deportivo, pero lo que más agradezco al Creador es que a mi edad puedo llevar una vida saludable, sin alcohol, sin tabaco, con una alimentación mayormente balanceada y, sobre todo, la pasión de llegar cada día a entrenar, con la misma alegría y los desafíos de cuando tenía 20 años, manteniendo una buena forma, poder, fortaleza y motivación para hacerlo.
Escribo todo lo anterior sin falsa modestia, sólo como un testimonio personal de lo que ofrece llevar este estilo de vida, del cual estaremos comentando cada semana desde diferentes enfoques y compartiendo anécdotas y experiencias de 40 años en esta disciplina.
Si eres dueño o dueña de gimnasio o un usuario sin importar el nivel en que te encuentres o simplemente un aficionado, este espacio es para ti, porque sabemos que detrás de cada persona que acude a ejercitarse, siempre hay una historia de vida que con gusto podemos compartir.
Si eres promotor o directivo, mándanos tu información y con gusto damos a conocer tus eventos.
Que la vida fitness nos una y que desde el gimnasio hagamos comunidad para una mejor calidad de vida.
Hasta la próxima.
omar.cervantesrodriguez@yahoo.com.mx