Hace 28 años el Comité Olímpico Internacional sugería a los comités olímpicos nacionales e instancias deportivas mundiales que promovieran espacios de mando a las mujeres.
Después de un diversificado y profundo acercamiento de la mujer a todos los ámbitos del deporte, no solo en la administración deportiva, una de ellas llega a presidir el máximo órgano deportivo del mundo; la zimbabuense Kirsty Coventry, de 41 años y graduada de la Universidad de Auburn, de Alabama.
En la elección se impuso a seis destacados directivos de clase internacional, entre los que destacó el británico Sebastian Coe, bicampeón olímpico, presidente de la federación internacional de atletismo y presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Mi favorito.
Al darle el voto de confianza a Coventry, el COI ratifica el compromiso que tiene con el desarrollo de la mujer en el deporte y también mantiene una línea acorde con sus políticas de igualdad y de diversificación de los liderazgos
La recién elegida, apenas el 19 de marzo en Grecia bajo la sesión 144 del COI, es la deportista africana más condecorada de todos los tiempos. Ganó siete medallas en los Juegos de Atenas 2004 y Pekín 2008, y participó en tres más: Sídney 2000, Londres 2012 y Río 2016.
Es la estrella deportiva más famosa de Zimbabue, nación de la que es ministra de Deportes, cargo que dejará antes del 23 de junio, fecha en la que recibirá el relevo en el COI de parte del alemán Thomas Bach.
Conoce todos los entresijos del COI, porque ha desempeñado diferentes cargos desde 2013, año en que fue llamada para integrar la Comisión de Atletas, de donde pasó al Comité Ejecutivo del 2018 al 2021.
Con esa trayectoria es innecesario señalar que es una mujer muy capaz, pero sí mencionar que le gusta orientar sus esfuerzos a los resultados, como cuando a sus 9 años de edad se propuso ser nadadora olímpica, lográndolo 7 años más tarde.
En sus últimos años como nadadora de élite Coventry combinó esas labores con tareas del COI, que a su retiro de la natación competitiva las realizó con entrega total y quizá ya perfilándose a una carrera ejecutiva de jerarquía en ese organismo.
Recordemos que en 1997 el COI estableció objetivos para que los Comités Olímpicos Nacionales tuvieran por lo menos un 10% de participación femenina en sus estructuras ejecutivas para el cierre del 2000. La cuota ascendió a 20% para 2005 y 30% para 2020.
En la actualidad el COI asegura tener en sus comisiones una participación de 50% para cada género.
Sin duda Coventry es producto de esas políticas y por lo mismo las mantendrá en sus ocho años de presidencia. Su relativa juventud la conecta más directamente con los atletas, lo que hubiera sido más difícil para cualquiera de sus oponentes en la elección.
La carpeta de pendientes que le endosan es muy grande, empezando por el asunto del transgénero, al que el COI le ha sacado olímpicamente la vuelta y no define una postura clara y justa, pero que es algo que ella ha abordado, canteándose por el respeto a la rama femenina.
También figuran como asuntos primordiales a tratar la lucha antidopaje, la sustentabilidad y el cambio climático, la universalidad de los JJ.OO., la entrada de nuevos deportes y la promoción de juegos urbanos, y el costo y financiamiento de los JJ.OO., entre otros conceptos.
Bien merece Coventry el voto de confianza en su cruzada por el deporte mundial, porque en México tenemos algunos asegunes en el manejo de nuestro deporte y política a cargo de mujeres: bien con Melody Falcó en el deporte de Nuevo León, mal con Ana Guevara en la pasada gestión de la CONADE, y aún no sabemos qué suerte nos depara con la señora Presidenta.
