Sergio Ramos se convertirá en uno de los fichajes más sonados en la historia del balompié mexicano.
Su desembarco inminente en el Monterrey está a la altura de otros de igual renombre, como los de Ronaldinho, Bebeto, Gregorz Lato, Eusebio, Iván Zamorano, Dani Alves. Son todos figuras universales, cuyos nombres han resonado en todo el planeta como futbolistas de excelencia y, además, mediáticos y afamados.
Pero la gran interrogante que flota en la atmósfera del balompié azteca es sobre lo que aportará el defensa central español, a sus 38 años de edad, y con ocho meses sin jugar un partido oficial.
Por las evidencias, considero que Ramos va a agregar poco en la cancha. No viene a aumentar el nivel futbolístico, pero sí va a vender muchas camisetas del equipo regiomontano, y a incrementar exponencialmente su marketing, colocándolo en el concierto universal, por la sola mención de esta sociedad futbolera dentro del circuito mexicano, tan de medio pelo, en comparación con las otras Ligas clase A del orbe.
Y, claro, dará realce a la franquicia de rayas azules en el Mundial de Clubes que se disputa este año.
El andaluz, como jugador del Real Madrid, es uno de los protagonistas indiscutidos del futbol mundial en el nuevo milenio. Ganó la Copa del Mundo con España en Sudáfrica 2010. Con su país obtuvo dos Euros. En clubes, conquistó cinco Ligas con los merengues. Hasta con el Paris Saint Germain, donde tuvo un paso de transeúnte, tuvo su par de campeonatos. El palmarés impresionante llena su ficha curricular, convirtiéndolo en un gigante de la historia.
No se escatiman elogios a Ramos en el pasado. La duda surge sobre el futuro.
El central llega a México por accidente. Rayados frustró la contratación de Carlos Salcedo por un terrible percance de mala hora el día de su primer entrenamiento. Se tronó la rodilla con pronóstico de recuperación de un año. A falta de un defensa central se buscó un sustituto, que se encontró en el ibérico.
Desde su tumbona de analista futbolero, el ex entrenador Ricardo Ferretti explicó, con bastante claridad, que, independientemente de la trayectoria de Ramos, el fichaje del Titán Salcedo le aportaría más a La Pandilla. Por ser un jugador joven y en plenitud, el mexicano podría dar un servicio mejor, como zaguero con más movilidad y ubicación.
Porque nadie ha visto la calidad del actual desempeño del otrora galáctico. No dudo nada que sea un perfeccionista en la ubicación, en el juego por aire, en acomodar su zaga en jugadas para salir con pelota controlada o en la defensa del área, en los tiros de esquina en contra, o a favor, para rematarlos. Pero es interrogante abierta su desempeño en un mano a mano con alguno de los chavos que seguramente lo superarán por piernas. La expectativa, es, también, para ver cuánto aguantará en un partido completo. No descarto que solo le vayan a dar algunos minutos, en determinados compromisos de desgaste.
Cierto, el torneo mexicano es bastante mediocre. A medio gas, seguramente a Ramos le alcanzará para superar a la mayoría de los equipos abajeños. Pero hay otros, unos cinco punteros, que seguramente le darán guerra, sobre todo porque su pedigrí insuflará los ánimos para superarlo. En su decálogo, el Real Madrid le dice a su elenco: Denlo todo; los rivales jugarán el partido de su vida contra nosotros. Muchos chicos, al enfrentarlo, se ilusionarán con pasar a la historia como el jugador mexicano que le tiró un caño a Súper Ramos, un sombrerito, un dribling que lo hizo ver mal.
Por lo pronto, cuando pise una cancha mexicana en un partido oficial con la casaca regia, se inscribirá en el almanaque del balompié nacional. Se recordará, al término de su estancia en regiópolis, la extravagancia de sus condiciones: porcentaje por playeras vendidas, bonos por gol o asistencia, minutos en el Mundial de clubes, juegos con el gafete de capitán, libertad para asociar su nombre con marcas comerciales.
Todo esto, junto a un contrato anual de 82 millones de pesos mexicanos, equivalentes a un salario de 1.5 millones de pesos a la semana.
Celebro, pese a todo, la firma del español. Contribuirá a hacer que suene más la Liga Mexicana, que había roto su propio mercado interno, en esta misma temporada, con la adquisición del colombiano James Rodríguez, para el León. Su arribo alborotará a los aficionados e incrementará la taquilla a nivel nacional, pues la afición irá a verlo complacida a la plaza donde se presente.
No siempre hay oportunidad de gozar de una estrella internacional en vivo y en directo.