El futbol en Tigres parece ser asunto de excesivas revoluciones. Entregado demasiado al vértigo al equipo le queda poco espacio para pensar, dentro y fuera de la cancha.
El equipo de Miguel Herrera perdió 3-2 ante un Cruz Azul que pudo haberse llevado una victoria aún más cómoda.
Siempre abajo en el marcador, Tigres se había sacado la lotería cuando igualó 2-2, porque el portero de la Máquina, Sebastián Jurado, dejó escurrir hacia las redes un disparo cómodo del otro Sebastián, Córdova.
Sin Julián Quiñones ni Yeferson Soteldo, fuera de la alineación titular por temas de indisciplina, y Nahuel Guzmán suspendido, el equipo de Miguel Herrera abrió el torneo Apertura 2022 con señales de alarma, por falta de solidez defensiva.
Y además, tampoco tuvo la movilidad para crear espacios al frente, que ha caracterizado a algunos de sus mejores partidos en esta edición.
Rafael Bacca abrió el marcador para el Cruz Azul, en el primer tiempo, tras un mal rechace y defensores que se dejaron ganar las espaldas.
Tigres igualó a través del primer error grave de la zaga cementera, cuando Córdova le robó a la defensa de la Máquina y cedió a Florian Thauvin, quien empujó a las redes, al arranque de la primera parte.
Después Romero le ganó la espalda a Aquino, para hacer el 2-1. Tigres empataría con el tanto de Córdova.
En busca del empate, Herrera envió a Luis Quiñones y al “Diente” López y, aunque crearon cierto peligro, les faltó claridad y contundencia.
Al minuto 91’, Aquino obstruyó a Antuna, para que el árbitro Óscar Mejía señalara el penalti que cobró Santiago Jiménez, para el 3-2 definitivo.
Cruz Azul llegó a 10 partidos consecutivos sin perder en el Estadio Universitario, ante Tigres. El instinto, el coraje, las altas revoluciones, se han convertido para Tigres en un arma de doble filo, porque se está olvidando de pensar, de hacer una pausa para analizar…y como prueba está la alineación indebida de la Semifinal ante el Atlas.
Los felinos mostraron que les urge orden y disciplina, dentro y fuera de la cancha. Los abucheos de la afición son un termómetro que empieza a preocupar.