Es cierto, Martín Demichelis tuvo mucha responsabilidad en los fracasos de los Rayados tanto en la Concacaf, como en la Liga.
Pero estaríamos en un gran error pensar que es el factor número uno, pues la principal responsabilidad pertenece a los jugadores.
Ya lo hemos dicho, la institución tiene que tomar medidas que acaben con esos vicios colectivos que de alguna manera se instalaron, es decir, acabar con la falta de carácter y valentía de los jugadores en los momentos clave.
Más que pensar en traer a un figurón como técnico o más jugadores internacionales, primero deben atacar ese problema, con medidas internas que obliguen a los jugadores a cambiar de actitud.
En cuanto al presidente José Antonio “Tato” Noriega, hay que desglosar su responsabilidad: hizo bien la parte de reforzar al equipo, pero le ha faltado el saber crear un entorno que permita cambiar esos vicios.
Lo del técnico, lo más sensato era continuar con Víctor Manuel Vucetich mientras se atacaba la cultura colectiva de los jugadores.
Porque mientras no se corrija esa situación será difícil evaluar correctamente a los directores técnicos. En cambio, tras despedir a Vucetich se trajo a un timonel sin un gran cartel, como Fernando Ortiz.
Es muy probable que con Vuce ya se hubiera conseguido otro título, lo que daría tranquilidad para ir cambiando la cultura interna del equipo.
La falta de temple colectivo ha ido en escalada, cada vez se arraiga más, de tal manera que si un jugador llega con otra mentalidad termina haciéndose igual que el conjunto, si es que desea sobrevivir. Ejemplo, el Lucas Ocampos hambriento que llegó, ya no es el mismo después de su lesión.
Así, que antes de volarnos pensando en qué técnico o nueva figura mediática vendrá a resolver todos los problemas, hay que pensar en qué medidas se deben tomar para poner a los jugadores con los pies en la tierra.
Va a llegar otro técnico y se va a topar con el mismo problema.