Mientras el pueblo, desunido como siempre, no logra rehacer el entorno perdido, los partidos políticos se aprestan para una lucha de un solo lado. El PRI no tiene enemigos enfrente, lo que tiene es un grupo decadente que en solo 11 años logró lo que nadie: destruir a México.
Nos han tapizado de terror mentes, paredes y hechos, destrozando la una vez pujante economía nacional; la industria turística está despedazada, perdida entre el terror ficticio y real, con una sociedad que no supo castigar a sus gobernantes, que cedió a la bota militar sin más recriminaciones al ejecutivo que su alcoholismo.
Solo hasta hoy afloran trastupijes y malos manejos como cuando el presidente Calderón favoreció a una empresa Española denominada Repsol. Simplemente les valió un carajo la famosa y trillada palabra de soberanía.
El problema no es si se ponen de acuerdo o no los militantes del PRI, sino que tambien acepte el primer mandatario que el poder se le va de las manos y si se mantendrá firme en el apego a los mandamientos constitucionales, tan evocados y tan poco aceptados sobre todo por los chicos malos y por supuesto la clase política, la fuerza pública es tal que invita a descarrilarse, la tentación es inmensa y la voracidad superior, tomar el lado obscuro es fácil y llamativo, así que a esto si hay que temerle, una rabiada del michoacano y se pasa por las tumbas etruscas, la ley mexicana y los mexicanos – que no somos pocos- también.
Por ello y muchas otras cosas viscerales todas ellas, finco mis temores de ciudadano mexicano: ¿aceptará el CEN del PRI la designación Interior? ¿Quiénes tomarán las riendas de la designación? ¿Más sobre todo aceptará el primer Magistrado una victoria de la oposición de su partido? De no aceptarse las designaciones y elecciones libres estamos a un paso de llegar a no saber hacia donde parará el país, por ello el título de esta columneja, ¿A dónde iremos a parar? en caso negativo.
(19/sept/2011)
Discussion about this post