“Que se sientan orgullosos (los jugadores) de lo que fue el equipo. Un equipo que ganó lo que tenía que ganar, los partidos que se tenían que ganar de orgullo, a pesar de que sigan ladrando, los ganamos, eso es de lo que hay que sentirse orgullosos”,
LUIS MIGUEL SALVADOR
Ahora resulta… …que lo importante era ganarle a Tigres y a América, lo demás no importaba. Aquellos eran los importantes.
Pues sí….
Cuando te exhibe un equipo con cinco o seis chamacos de 20 años…
Con un portero que ya había debutado cuando algunos de sus compañeros y tu central César Montes aún no nacían…
Con un central en la víspera del retiro, otro defensor que ni el Veracruz quiso y otro que tú desechaste…
Con dos extranjeros de bajo perfil, lejos del cartel y lo que valen y cobran tus figuras…
Con un técnico que quiere ganar con Osorio calentando en la banda porque no sabe qué y cómo hacerle para mover a los de adentro…
Cuando tu estrella prefiere ir a jugar contra Tobago que una Final de Liga…
Cuando tu otra estrella se derrumba en lo anímico y futbolístico luego de fallar un penal…
Cuando tu lateral estrella –el que no sabe ni atacar ni defender– se desconecta del juego antes de concluir…
Cuando tienes que tirar a la basura las camisetas de campeones que ya estaban listas…
Cuando pierdes tres partidos y empatas uno de seis que debiste ganar, pero ganaste “los del orgullo”…
Cuando hasta tu afición te deja solo y abandona a su equipo para recoger el trofeo de subcampeón.
Cuando todo eso sucede, no queda mucho qué decir…
Cuando, pese a que tu himno dice “teniendo un gran respeto a los rivales”, los insultas porque la impotencia, la frustración te nublan el entendimiento y no pareces la cabeza de un club que se dice una Empresa Socialmente Responsable.
Ahora resulta que ganarle un juego al vecino (y perder el otro, pese a la ayuda arbitral) te reconforta porque es más importante que un campeonato de Liga y te hace sentir muy orgulloso.
Perfecto…
Es bueno saber eso…
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