No se lo deseo a naiden, pero luego de ver los videos con los estantes vacíos de HEB o Walmart, porque los gringos se quedaron sin luz, sin internet, como que piensas, que gacho está eso.
Y no es que nosotros no la pasamos bien, también nos jué de la fregada el pasado fin de semana cuando el domingo 14 de febrero se vino una helada de aquellas.
Quesque el frente frío 35, un viento polar que dejó bien moribundos a los güeros en Texas y muchos de otros estados de la Unión Americana.
Si vieran a la Rosa María poniendo masking tape en las ventanas, pa’ que no se metiera el frío ese durante el mega apagón, y de paso pa’ no oír los aullidos de los perros de los vecinos.
No solo eso, hizo que nos cambiáramos de recámara a otra más aislada, se preparó también con chorro de caldo de verduras y pollo, unos frijolitos a la charra y hasta unas tortillas de harina por si acaso.
De que no nos morimos de hambre, eso que ni qué, como creo que sí la están pasando mal en el otro lado.
Veo los videos que nos mandan por WhatsApp, y a pesar de que no podemos pasar desde marzo al otro lado, es una desesperación no poder ir a comprar chácharas, porque tenemos visa de turista.
Pero brody, la cosa no es pareja, los gringos y en eso incluyo a todos los mexicans que tienen residencia y ciudadanía, a todos sí los dejan pasar a esta tierra polvorienta de Reynosaville, no les tienen prohibido nada de nada.
A veces la Coepris hacen un retén donde les preguntan puras zonzadas, como “¿a qué viene a Reynosa?”.
Y obvio que les van a inventar que vienen a los hospitales de la border, o a comprar frijoles, tortillas, chiles y tomates porque allá no hay.
Este sábado fui a la Aurrerá que está cercas del Seguro, por la avenida Hidalgo y Línea del Gas, si vieran que coraje que hice por la espera para pagar un poquito de super.
Delante de mí había un paisano que llevó dos carritos llenos de pura cosa indispensable: galletas de animalitos, botellas de Gatorade de colores, bolsas de papitas Ruffles, frascos de mermelada de fresa McCormick y como 10 sopas de Maruchans.
No podían faltar un kilo de jamón Bafar, medio de salchichas Chimex, medio de rebanadas de queso La Villita que parece de plástico, dos paquetes de pan Bimbo y no sé qué tantas cosas, que pagó con apenas un par de billetes de cien dólares.
¿Verdad que sí les rinde su dinerito?
Vengan gringos a Reynosa, acá no les hacemos el feo, recuerdo cuando venían oleadas de gente en los años ochentas, cuando la Cámara de Comercio de Reynosa les hacía muchas fiestas y dejaban harta lana.
Les llamaban caravanas y compraban sombreros de charro, artesanías y ropa folclórica. Apenas si se les ve ahora en Nuevo Progreso, donde siguen atendiéndose sus problemas dentales y de salud, con gran calidad de atención y con muchos menos dólares que los gastan en Texas.
Esta helada que pasamos nos demostró que acá en la border, no somos tan malandros como dijera Trump.
En Reynosa hay una creciente economía, a pesar de la pandemia y nuestro número de contagiados positivos de Covid apenas es una pequeña parte de los que hay en el Valle de Texas.
Tal vez no extrañen los dólares que gastábamos los miles de mexicanos que cruzaban para la frontera. Lo cierto es que cada día, nos convencemos, que no es tan indispensable ir al mall, y preferimos ahorrar y comprar lo hecho en México.
Son esos mismos productos, que ahora los gringos están empezando a valorar. Ahora sí gringos, para que vean cómo se siente.