En mi época de estudiante de preparatoria, donde llevé la tecnitura en Trabajo Social, por la cual hice trabajo de campo en distintas comunidades del estado, se notaba que algo malo iba a venir por las condiciones difíciles en las que las personas vivían.
En las calles se podía ver la falta de control sanitario, niños en la calle sin nadie quien los cuidara, madres solteras luchando por salir adelante, drogadicción, alcoholismo en las calles a plenas horas del día.
Un ejemplo de ello sucedió en la colonia División del Norte: un grupo de hombres con botellas grandes y obscuras de cerveza, sentados sin camisa en la banqueta a primeras horas de la mañana.
Aunado a ello, existía una exigencia por parte de la sociedad para ser una persona que generara riqueza, fuera como fuera. Las mujeres querían tener lo último de la moda y los hombres una camioneta que les proclamara poder.
Teniendo en cuenta que se dejaba de lado la educación, de la cual los padres no se mortificaban, al parecer porque vivían al día y lo que les preocupaba era llevar un plato a la mesa.
Años más tarde, una declaración del rector de la UNAM, no recuerdo si era Juan Ramón de La Fuente, pero era por esos años, 2007 aproximadamente, antes de que se declarara la guerra contra el narco en México, me confirmó lo que yo misma vi en las calles: algo difícil estaba por venir y a nivel nacional, lo cual sucedió porque el tejido social estaba dañado.
Noto que hoy en día las personas están más conscientes que no quieren que sus hijos se vayan “por el mal camino” y prefieren que continúen sus estudios, apoyándolos para continuar preparándose ya que se percibe a la educación como un medio para escalar socialmente.
Aunque muchas personas se cuestionen acerca del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, me parece que quienes actúen de manera inteligente podrán aprovechar los recursos para algo más que para malgastarlos en cigarros o cerveza.
La idea no es mala y se podrá medir en un año después de su implementación, viendo si los ninis dejaron de serlo y se incorporaron satisfactoriamente a la población económicamente activa.
En palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador: porque ellos no tienen la culpa que no existan oportunidades.
El de reciente creación, sólo contemplará 2,3 millones, de un total según el INEGI, de 3,9 millones de jóvenes, de entre 18 y 29 años que existen en el país, a quienes se les otorgarán 3 mil 600 pesos mensuales si participan en el programa de capacitación por un año y seguro médico que incluye por maternidad y accidente de trabajo.
Los cambios sociales no se llevan a cabo de la noche a la mañana, se generan con el tiempo y una manera de dar un revés a lo que hoy acontece es llevando a cabo acciones drásticas que permeen en la sociedad actual.
Jóvenes Construyendo el Futuro podría ser un programa de atención a la población que es el presente y el futuro de México, que podrá tener resultados a largo plazo.
Brindémosle el beneficio de la duda a esta acción drástica que muchos podrán satanizar únicamente por ser dirigida a la población que ni estudia ni trabaja, pero que no tenemos conocimiento en qué condiciones se encuentra cada caso en particular.
Me gustaría saber que tienen planeadas las autoridades si este proyecto no funciona o que al menos nos comuniquen detalladamente qué resultados esperan de Jóvenes Construyendo el Futuro y cómo esperan que impacte en la sociedad.