El lunes seguramente el primer pie que puse en el piso al despertar fue el izquierdo, y recibí un correo donde el laboratorio me confirmaba ser positivo al Covid-19. Ante la mala noticia, sobre todo porque desde hace cuatro años soy hipertenso, quise disimular la preocupación ante mis compañeros de trabajo, pero un leve cosquilleo en mis piernas delataba mi estado de ánimo. Hoy viernes amaneció soleado luego de un jueves gris con lluvia, y debería traer buenas noticias: mi esposa, Marco Sebastián, Héctor Hugo y mi suegra salieron NEGATIVOS gracias a Dios. Esto confirma la prueba rápida que me hice el martes (con sangre pinchando mi dedo) donde se confirmó que mi ventana de contagio más intensa había sido 17 días atrás. Pero respetaré en cuarentena.
Ahora la duda es: ¿seguiremos juntos hasta el jueves 18 que cumpliré mis 14 días? ¿O ellos deberán alejarse de mi para mayor seguridad? Obviamente esa decisión no la tomaremos googleando. Estoy en espera de las sugerencia de los expertos. Mientras tanto no se pueden imaginar lo feliz y tranquilo que estoy al ver los resultados del laboratorio.
Escucho los gritos de Marco Sebastián y de Héctor Hugo cumpliendo con su clase virtual mientras escribo con mis inseparables guantes y el cubreboca; con Lysol y gel antibacterial en el escritorio, y con un te caliente.
A quienes pidieron por nosotros a un ser supremo; también a quienes no; a las mamás que esperaban esta noticia porque tienen hijos de la edad de los nuestros; a los papás igual. Y a todos los amigos: MUCHAS GRACIAS por su solidaridad. Ahora, con paciencia, esperaré ser negativo. Mientras seguiré con mis clases de salsa.