El ataque a manera de defensa del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, hacia el gobierno federal, específicamente a la Secretaría de Hacienda, la que según Corral ejerce represalias por el desfalco de 240 millones que ex dirigentes priístas realizaron en perjuicio de las arcas chihuahuenses, implica un desafío que a la postre obstaculizará la consolidación del PRIAN con el consecuente beneficio para López Obrador, pues a él, ni el PRI ni el PAN aún con sus respectivos aliados hasta ayer estaban con probabilidades para vencerlo.
Por otra parte, viste al mandatario estatal que se le ponga al brinco al gobierno federal, pero hasta ahora no ha habido uno que haya salido ileso de tan desigual pelea, que eso sería lo de menos, lo importante es que se da en los meses previos al inicio de campaña y por el interés superior: Corral podría terminar en moneda de cambio, a no ser que Ricardo Anaya considere que no requiere del PRI, ni para ir a tomar agua.
Entretanto, encuesta tras encuesta López Obrador las sigue encabezando y una circunstancia así obliga a la consolidación del PRIAN, pero pareciera que el precandidato presidencial panista y el gobernador Corral no lo ven así y deciden tomar de piñata al PRI, que entre más se debilite, más se fortalecerá el MORENA.
Mientras que por Reynosa el único sacudimiento provino de la dirigencia estatal del PAN, no solo por deslindarse de la alcaldesa Maki Ortiz, un deslinde innecesario, ya que se trata de un asunto ajeno a la responsabilidad edilicia, en todo caso a quien podría resultarle cita es a su cónyuge Carlos Peña Garza y que en su momento habrá de atender, aunque aprovechando el viaje Francisco Elizondo dio a conocer que de los 24 alcaldes panistas, 6 no califican para la reelección, es obvio suponer quién está entre ellos.
Y que tengan un buen día.