Es cierto que el paso al “otro lado” con esperas de tres a cuatro horas, se ha hecho costumbre aquí en la frontera de Reynosa
¿Pero cinco? Ayer lunes, más bien en este martes en la madrugada cientos de automovilistas pasaron un “viacrucis” al terminar la Semana Santa en el puente internacional Reynosa-Hidalgo.
-Nos hicieron regresarnos del puente de Donna!-, dijo una mujer que prefirió irse rumbo a Río Bravo para evitar las “tormentosas” filas del Puente Anzaldúas.
Por ahí andaba Rosa María probando un vasito de piña con chamoy, unas papitas Ruffles y una Coca Light que compró en la fila, para aligerar la larga espera-
Aún así, tuvo que hacer una larga espera, debido a las lentas revisiones que hace la Guardia Nacional, que andan ansiosos por “cazar” a alguien con drogas.
Por increíble que parezca, al llegar a la revisión solo dos unidades estaban atendiendo cerca de las 3:00 de la mañana, antes de la caseta mexicana de cobro.
-Pero no ha caído nadie con drogas, verdad?
-Sí ayer pescamos a uno con un paquete de cocaína.
La falta de elementos de la GN y solo un perro que ayuda a recorrer los autos y camionetas, ha entorpecido la agilidad de las revisiones.
Eso sí en la demora se topará con vendedores de frutas con chamoy, de papitas y Coca Colas, y hasta un “tragafuegos” que aparece pintado de dorado.
Es Reynosa y es parte del folklore.