Cualquiera sabe que la inseguridad en Tamaulipas es un problema que se sembró desde hace 18 años y como nunca lo podaron, ahora estamos en medio de la violencia, como también son innegables las acciones profilácticas que ha desarollado el gobierno de Tamaulipas por Reynosa, clasurar centros de apuestas y reforzar el equipo de la Policía estatal son prueba de lo anterior; pero tal pareciera que la delincuencia, como represalia por esas acciones optó por desquitarse con la ciudadanía, lo mismo asaltando negocios que despojando en forma violenta de los vehículos, y esto ya nos trae viviendo en la zozobra.
Entonces, entre acciones y reacciones el ciudadano es el que está pagando los platos rotos, pero hay que seguir confiando en Dios y en que las autoridades no tarden mucho en no digamos solucionar, pero sí maniatar este problema mayúsculo de la inseguridad, las cosas ya están muy difíciles.
Pero ya es miércoles de rompesemana que con las balaceras de ayer no cae nada mal un calmante relax, aunque con las consabidas precauciones, pues con todo y lo que dijo un señor colombiano que aquí estamos en el paraíso, nomás oscureciendo ya no es fácil advertir el peligro.