(Bride wars, 2009)
Netflix
Dos grandes amigas, que tienen vidas personales maravillosas, deben enfrentarse en una batalla tan tonta como divertida: ocupar el lugar que había soñado para su boda. El asunto es que las dos planean desposarse el mismo día y en el mismo salón.
Kate Hudson y Anne Hathaway son las chicas que tienen prudencia de niñas de 12 años, y se convierten en enemigas mortales, a causa de la ceremonia de sus respectivos enlaces.
La anécdota muy sobada y usada hasta el agotamiento. No tiene mayores giros en esta ocasión, pues se cicla en la rivalidad de dos grandes camaradas que se separan a causa de un error que ni siquiera cometieron ellas. Una pifia administrativa es la que las lleva a ese infierno personal, provocado por una nadería, que las lleva a querer destruirse, saboteando la ceremonia de la otra.
Toda la película es presenciar el show de ellas, en sus intentos bobos por lastimarse. Las novias pueden encontrar cómo se ven de ridículas cuando se aferran, caprichosamente, a hacer que su enlace sea perfecto y que la fiesta que protagonizarán sea inolvidable.
(PG. Orientación de los padres)
@LucianoCamposG