Con lo rico que son el bacon (tocino) y las salchichas ‘ora me salen quesque dan cáncer. No saben la encoraginada que me di cuando jui al Dennys que ‘ta ahí por la 10 aquí cruzando el charco y que hasta se me saltan los ojos al ver el menú de los breakfasts (desayunos).
Porque no lo nieguen, que cuanto nos prohíben las cosas es cuando más se nos antojan. A poco no.
Así que nos lanzamos uno de estos días in the little night (nochecilla) y “pidimos” un All-American Slam que tiene tres huevitos revueltos, dos tiritas de tocino y dos más de salchichas. Eran apenas 1,200 calorías. O sea, muérase pronto, pero bien requete feliz.
Pero quien fregados jue el genio que sacó el notición de que esto nos mata. Pos si ya lo sabíamos dendenantes. Nosotros acá en Güémez para hacerla de emoción, le agregamos al ladito unos frijolitos refritos con mantequita de puerco, para darle sabor y un bonche de tortillas de harina recién hechas pa’l amarre.
Fue el lunes pasado cuando la raza de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos achutaron a everybody (toditos), llegando a la conclusión que carne procesada como tocino, salchichas, chorizos o embutidos aumenta el riesgo de padecer cáncer. Hasta las hamburguesas también están, pero luego, lueguito, como que las cadenas dijeron quesque son muy saludables.
En Mc Donalds ya te dan una manzanita en la “happy meal” (cajita feliz) o una ensaladita si tú quieres, pa’ sacarle a la engordadera y morir más lentamente.
Fue mi manita Leticia quien me antojó para que no me perdiera los 2×1 de bísquetes de Karls Juniors, a sólo 30 pesos. Pos de que son. Y que me arranco y me acordé mucho de e’a, sí que están deli, primo. Pero ahí te encargo el colesterol.
Los expertos gringos dicen que las hamburguesas de carne picada y embutidos de vaca, cerdo, sangre, carne picada de ave o hasta las vísceras se incluyen en esta prohibición.
Ahora anda mi ‘amá Esther de novedosa regañándome pa’ no comprar salchichas, a menos que seyan de la marca Swan, pos imagínate si yo compraba marca Duby o Kir, de las más bara. Ora no quiere nada, quesque se volvió vegetariana, pero como que ya perdió sabor a las cosas ricas y grasositas. Ni que jueran de carne de caballo.
Por ello cuantimás me dio coraje y me jui a comprobar los famosos hot dog’s de la calle 20, de acá nuestra querída Reynosaville. Hay unos frente al Super 7, pero también otros por la calle aledaña en las narices de la Estrella, que te los sirven de varias maneras: con tocinito enrollado, picadito, con chorro de pepinillos y otros con aguacatito.
Y para acabarla de amolar también te enjaretan las salchichas pa’ asar Chimex. Pos qué es eso.
No puedo imaginarme ir ahora a las movies (películas) de los Cinemex, brincándome unos hot dogs, por cierto carísimos con toda y tarjeta de puntos. Los güenos son los de Oscar Mayer, porque en Cinépolis usan marca Swan, que no están tan pior.
Nosotros en la border tenemos una larga tradición de comelones de hot dogs, que te los sirven en las hamburguesas “Cristianas” que están por la avenida Las Fuentes y boulevard Del Maestro, pero no te debes perder los que están por la avenida Morelos, ahí ajuerita de la estación de gas.
Les decilla que cuando nos dicen que no hagamos algo, como que no les hacemos “muncho” caso. Eso pasa con mis amigos fumadores, que a pesar de que les ponen una rata o una garganta agujeriada en la cajetilla, por el cáncer, les vale y hasta disfrutan más el cigarrillo. Como que estar al filo del peligro, les da ansias locas a todos y nos ponemos a hacer lo que nos prohíben. Tomamos Cocas o Pexis, con todo impuesto de más, “mugrerito” de fritos con chorro de chile, qui al cabo un Riopan lo calma o un trago de Melox es pa’l aguante.
‘Ora que si insisten nos echamos un churro, quialcabo ya ‘ta permitido como medicinal. Porque ya saben que los gringos, no por ser muy mariguanos, ya la usan pa’ curarse de sus preocupaciones, digo de sus malestares.
Porque aunque no lo creas el cáncer no es un juego, primo. En México hasta 120 mil personas estiran la pata a causa de esto al año, o sea, 14 se fuyen cada hora. Si vieras primo como se arrejunta la gente en el Hospital de Oncología del DF, están que no cabe ni una alfiler.
Por ahí andaba Rosa María hace un año bien achicopalada porque su hijito batallaba con uno y se la pasaron jueras cerca de cuatro meses en el DF para curarse. Y yo pos sufre y sufre solito. Lo güeno es que esto ya va pa’lante y sólo es cuestión de checarse en los Houston de vez en cuando.
Ya sea el PRD o la Suprema Corte, si llegan a aprobar la mari, pos tendrá gran repercusión para el mercado negro. Habría que ver si el Gobierno quiere controlar la venta del producto. Si no lo creen pregúntenle a los uruguayos y al presi Pepe Mujica. No sé si ya se hicieron ricos, pero los veo muy calmaditos.
Regresando a los hot dogs del terror, hace tiempo me mandaron un video sobre cómo matan a los cochinitos. Qué feo se los echan, la mera verda’. No sé si dan cáncer, pero ya no se me antojó ir por mi Burger Bite al Super 7.
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