Llama la atención que los aspirantes a candidatos a un puesto de elección popular por la vía independiente insisten en que esperan lograr por lo menos el doble de las firmas que les piden las autoridades electorales, para conseguir su registro en el proceso electoral del cinco de junio.
Y escribo que llama la atención porque en el video en el que participan varios aspirantes, entre ellos Francisco Chavira, el ex perredista que ahora quiere ser candidato a la gubernatura en Tamaulipas, aseguran que van por muchísimas más de las rúbricas exigidas para cumplir con el requisito marcado por las autoridades electorales.
Chavira explica que no quiere encontrarse con que le anulen firmas y con ello le frenen el camino a obtener el registro como candidato independiente.
Dice que entre las exigencias que debe cubrir está el contar con firmas de ciudadanos que radiquen en por lo menos 22 municipios del estado.
Por su parte Carlos Cabrera, que aspira a ser candidato a diputado en uno de los distritos electorales de Ciudad Victoria explica que va por siete mil firmas cuando requiere de sólo tres mil 500, que para obtenerlas están recorriendo el territorio y en el proceso piden autorización para tomar fotografías de las credenciales de elector que permiten comprobar la existencia de los simpatizantes.
Esta fase de registro de candidatos sin partido está caracterizada por la desconfianza en dos sentidos, la creación de la ley que permite la participación de los candidatos independientes fue elaborada bajo el principio de exigir más a los ciudadanos interesados en registrarse en el proceso electoral sin el acompañamiento de siglas políticas.
Asimismo los aspirantes sabedores de que las reglas son difíciles de cumplir, se preparan para la anulación de las firmas, por eso prefieren adelantarse y reunir el doble por lo menos.
Esta evidente desconfianza en las instituciones y de éstas hacia los ciudadanos da cuenta de la crisis que existe en el país, de antemano hay presunción de que no se cumplirá con la ley.
Es penoso que la construcción de la democracia sea sobre la desconfianza, la presunción de deshonestidad priva por encima del respeto a un proceso electoral que debería ser debidamente atendido, tanto por ciudadanos como autoridades.
Y en medio de la desconfianza están los potenciales votantes que desconocen a ciencia cierta cómo se desarrollará le proceso electoral que les afecta de manera directa a los tamaulipecos porque está en juego la gubernatura, las 43 alcaldías y las diputaciones locales.
Todo eso no es cosa menor, definir quién estará al frente de Tamaulipas durante los seis años próximos, así como los legisladores y los alcaldes que permanecerán tres años en sus puestos nos obliga a pensar que la entidad y sus ciudadanos no están para ocurrencias en la selección de candidatos a esos cargos.
Tamaulipas vive una crisis que se ha prolongado por diez años, los efectos en la población están a ojos vistas, cerrarse a esa realidad es condenar al estado y sus habitantes a un sexenio más de tribulaciones, violencia, desempleo, entre otros problemas.
Por eso la recolección de firmas por los aspirantes a candidatos que se dicen independientes, yo les llamo sin partido, es el primer gran paso para hacer valer el derecho de las y los ciudadanos a ser votados en el proceso electoral sin las ataduras de los partidos políticos y sus intereses particulares.
AGRESIONES A PERIODISTAS
En un artículo publicado en la revista Índigo se alude a que en el 2015 México se colocó en el cuarto lugar, después de Irak, Siria y Filipinas como uno de los países donde se registra un alto número de agresiones a periodistas. La propia
Secretaría de Gobernación detalla que el año pasado hubo 152 agresiones a trabajadores de medios de comunicación.
“Los estados de Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Tamaulipas son las entidades que repuntan en cuanto al número de agresiones a periodistas”, detalla la organización Reporteros sin Fronteras.
Las mujeres periodistas son blanco fácil de esas agresiones en Tamaulipas hay casos terribles, y en Veracruz apenas este lunes el gobernador Javier Duarte informó sobre el secuestro de la reportera Anabel Flores Salazar por un grupo armado en Orizaba. Pero ya de entrada las autoridades dejaron escapar una versión que la relaciona con un grupo delictivo. Sin haber investigado su desaparición dejan en entredicho la honestidad de la periodista.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derrotero_mx
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