Hace cuatro años una guerra comenzó en nuestro querido México, supuestamente para luchar contra el narcotráfico, que al paso del tiempo el punto cambió su origen y esta batalla dejó de ser la misma, para ser ocupada por la del crimen organizado.
Hasta hoy esta lucha continúa igual o peor de violenta que en un principio, causando la muerte de más de cincuenta mil criminales, soldados e innumerables vidas inocentes sin que hasta hoy exista explicación plena.
Es por ello que a veces en la meditación personal o en charlas con amigos conocedores de la problemática, me preguntaba yo, ¿por qué la droga no se legaliza?.
Hace más de un año me respondieron que porque “habría peores consecuencias” pero no teníamos ni tenemos un parámetro exacto para aseverar lo anterior.
Se comenta que no podríamos después con los drogadictos, en fin una serie de contradicciones sin sustento alguno, pues no hay un estudio sesudo y actual, para que nos digan por ejemplo, ¿por qué con el alcohol y el tabaco sí se pudo?.
En fin no hay estudios comparativos sustentables sobre el particular. Entonces recientemente se me ocurrió hacer esta pequeña nota y ponerla a su consideración. He analizado en varias posibilidades sobre el particular como enseguida lo explico:
1. En el 2005 murieron en los EU 450 mil personas de ambos sexos, por cáncer broncogénico y enfermedades pulmonares relacionadas por el tabaco; uso este parámetro porque nosotros no tenemos una estadística. Se dictó ya una ley prohibiendo su consumo en lugares públicos y cerrados, más a pesar de los números no se prohibió el tabaquismo.
Si partimos de esto, en México en la guerra de los cuatro años se ha matado un aproximado de cincuenta mil personas. Esta cifra está muy por debajo de la producida solamente por el tabaco. Supongo que en defensa de las tabacaleras y quienes en ellas trabajan.
2. Durante la época de la prohibición en los Estados Unidos, jamás se llegaron a las cifras, ahora alcanzadas por México, Bonny and Clyde al igual que Capone y Stutz y otros, resultaron niños de pecho comparativamente con nosotros, al legalizar el licor en aquellos años. Muchos de esos personajes “obscuros” salieron a la luz invirtieron su dinero obtenido ahora en situaciones legales y todo se superó. ¿Por qué no hacerlo con las drogas?
En Nueva York desde mediados del siglo antepasado, concretamente en el Barrio Chino, se consumía opio y heroína, había fumaderos de opio regulares y autorizados; el individuo que asistía, fumaba su pipa y simplemente se dormía quietecito y tan campante, lo mismo ocurría con la heroína inyectada, se duermen sencillamente por efecto de la morfina y se usan como inductores del sueño anestésico como información y no pasa nada, porque no se tornan adictos.
3. La despenalización de las drogas haría para los países productores y consumidores una exorbitante derrama económica en impuestos, con los que se podrían hacer entre otras cosas, clínicas de rehabilitación para curar a los adictos, hasta donde yo sé, saldría más barato curar que matar y si se trata de ello, las cifras no pueden ser menos elocuentes; la deuda interna mexicana se ha incrementado un 355% no ha de ser por combatir la hambruna y cada mexicano debe más de cuarenta mil pesos, muchos jamás verán esas cifras juntas en su vida.
4. El punto álgido de la seguridad, que pasa cuando le quitan un dulce a un niño, ¿llora verdad? Bueno pues las policías corruptas –si es que las hay- no me consta, sólo de oídas, dejarían de recibir sus dádivas y hasta tendrían la enorme oportunidad de ser buenos servidores, al igual que jueces y ministerios públicos, los que unos por miedo, otros por aceptación, no cumplen a cabalidad lo que ha sido su encomienda; esto sin duda lo que ahora escribo no está hecho bajo el influjo de ninguna droga ni enervante, ni ando mafufo, es solo una opinión que pudiera favorecernos a todos, sobre todo en eso que llaman seguridad y que el día de hoy ¡no existe!
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