Por tener una ley electoral que permite redundancias, hoy andan tres precandidatos presidenciales con mensajes dirigidos dizque exclusivamente a sus respectivos correligionarios, pero como los vemos o escuchamos todos prácticamente ya transitan como si fuera el período de campaña, pero por lo pronto, en diciembre, enero y parte de febrero próximos nos espera un alud de 17 millones de spots, en los que cada partido así como el IFE expondrán sus bondades al igual que López Obrador, José Antonio Meade y Ricardo Anaya.
Y en los prolegómenos del período de campaña, lo único chispeante que se escuchó fue que López Obrador tildara de “pirrurris” tanto a Ricardo Anaya como a Meade.
El primero se dolió y consideró racista el remoquete, mientras que el segundo lo tomó con buen humor reconociendo que ignoraba qué significaba, pero que al darle una hurgada, cabía aplicarlo a quien se lo endilgó.
Entretanto, Luis de Alba quien se encuentra retirado de los escenarios, ya ha de estar pensando en el retorno porque vaya que le resucitaron su popular personaje y ahora con tema de aquí hasta junio del próximo año.
En síntesis, fuera del “pirrurris” nada para el recuerdo en este inicio de precampañas presidenciales, aunque en mi opinión la frase que condensa el México que vivimos es la que pronunció López Obrador: “por un México sin miserias ni temores”.
Meade y Anaya no tardan en entrar en calor.
Y regresó el frío, así que está prometedora la tarde para rendirle tributo a Mayahuel la diosa que según la mitología mexica traía volando bajo a Quetzalcóatl, pero un leve flujo nasal me advierte de gripe en ciernes si me descuido y ese elíxir no es para curar molestias nasales, es para algo sublime, como escuchar las canciones de José Alfredo, relajarse y decirle a Dios: gracias por permitirnos seguir en esta tierra.
Que tengan todos un buen fin de semana.