Fueron exactos 9 años y 4 meses entre 2007 y 2016. Nadie nos defendió, ni tampoco se los pedimos. Sólo unos pocos amigos periodistas, columnistas y dueños de medios de Tamaulipas se solidarizaron con Hora Cero.
No era un asunto personal, estábamos seguros que Francisco García Cabeza de Vaca iba a robarse del Estado todo lo que estuviera a su alcance en complicidad con sus dos hermanos: Ismael y José Manuel, y de funcionarios del gobierno actual que organizaron la protesta del domingo 28 en Ciudad Victoria.
Ni Artículo 19, ni Carmen Aristegui, ni Loret de Mola, ni la SIP, ni Reporteros sin Frontera se dieron por enterados que un grupo de periodistas investigadores de Hora Cero, en esos 9 años y 4 meses, documentamos cómo Cabeza de Vaca empezó a amasar una fortuna descomunal que jamás podría justificar.
Pero no solamente él y sus hermanos, sino otros amigos allegados pasaron de tener una vida modesta a presumir mansiones en McAllen, Texas. Todo está publicado en Hora Cero.
Sufrimos amenazas telefónicas, por correos electrónicos y en redes sociales; lo denunciamos ante la Fiscalía de Protección a Periodistas de la PGR en tiempos de Calderón y Peña, y nada pasó.
En la campaña de 2016 para gobernador seguimos con la misma línea editorial intentando abrirle los ojos a los que votaron por él, pero no fue suficiente. Ganó.
Nos jugábamos así las últimas cartas. Hora Cero viajó a la CDMX y al sur de Tamaulipas donde hallamos un departamento y una extensa propiedad junto al río Soto La Marina que bautizamos como El Chalet Suizo, compradas con millones de dólares de dudosa procedencia. Y tampoco nada pasó.
Se convirtió en gobernador y tiene sueños de ser presidencial en 2024.
Su partido, el PAN, fue y ha sido su cómplice encubridor. Basta leer a su líder nacional Marko Cortés para vomitarme. Francisco García Cebeza de Vaca no puede seguir caminando libre, labioso y mitómano como si no debiera nada.
Un día escribiré cuando por 2014 me marcó por celular para invitarme a desayunar y hacer las paces con Hora Cero y conmigo. Y no acepté. Él merece la cárcel para que Tamaulipas vuelva a ser libre, no el mismo, porque los anteriores del PRI eran iguales.
Y hoy lo apoyan para ganar las elecciones el 6 de junio. Habrase visto. (Continuará…).