Que el Estado de Oaxaca sea último lugar en rendimiento educativo en el país, obligaba al gobernador Gabino Cué a pedir oxígeno al gobierno federal para recuperar la rectoría del Instituto Estatal de Educación Pública de la entidad sureña, en manos de una pandilla de seudo maestros, desde hace más de 20 años, y ahora encabezada por Rubén Núñez, quien cobra cien mil pesos al mes por no dar clases sino por organizar marchas y plantones para retar a las autoridades y manipular a sus representados.
Es una lástima que por esta clase de truhanes, un millón 300 mil niños se quedan sin clases cada año, porque pierden 60 días del calendario por ausencia en las aulas de quienes deben instruirlos y, en cambio, se la pasan fuera de los programas oficiales y vandalizando espacios públicos, con el consecuente mal ejemplo a sus alumnos, aunque difícilmente éstos pueden calificarlos como maestros, por su conducta de porros y oportunistas de la política débil de los gobernantes.
Pero ya todo empieza a cambiar en Oaxaca, donde ahora sabemos que hay 72 mil maestros pero no todos pertenecen a la CENTE. De ellos más de 18 mil reprobaron la evaluación para lograr un ascenso, aunque no dejarán las aulas sino que tendrán oportunidad de seguirse preparando y buscar mejores oportunidades de trabajo y sueldos más acordes con su desempeño.
Lástima que siga prevaleciendo en Oaxaca la mala infraestructura de muchas escuelas sin bardas, sin techos e inclusive sin los servicios básicos, lo que debe implicar que el gobernador Gabino Cué lance un programa que remedie tan deplorable estado de cosas, porque hoy por hoy el primer mandatario oaxaqueño está cambiando su perfil de opaco y pasalón con la medida acordada tendiente a quitar el manejo del IEEPO a Rubén Núñez y su camarilla, que hoy chilla por los millones de pesos que les han sido confiscados y por haber perdido el poder de manipulación de los grupos de maestros que le dejaban suculentos y jugosos beneficios personales.
Lo no se vale, sin embargo, es que este tipo sea exhibido en su vida privada por la difusión de un video en youtube en que se muestra dadivoso con una sexoservidora a la que le ofrece tres mil pesos por un rato de placer. Que le reclame su esposa o que se burlen de él sus compañeros de lucha, pero que no se mezcle su conducta tan íntima con la nota positiva que supieron dar a los oaxaqueños el presidente Enrique Peña Nieto y Gabino Cué, a fin de que Emilio Chuayffete aplique la Reforma Educativa ahí donde los obstáculos parecían insalvables.
El nuevo IEEPO deberá rendir buenas cuentas a los maestros, liberados por fin del yugo de los porros sindicales que los obligaban a actos poco edificantes fuera de las aulas, si negar que los Rubén Núñez y compañía tienen todo el derecho de protestar y tratar de aferrarse a sus prebendas, siempre y cuando lo hagan bajo los principios legales y del orden público, porque ya la sociedad oaxaqueña también está harta de la toma del centro de la capital del Estado, de las carreteras y hasta del aeropuerto, y creemos no está dispuesta a soportar más la pésima imagen que le crea a todos esta clase de chantajistas que inclusive ponen de cabeza a los habitantes del Distrito Federal cuando se desplazan a manifestarse en el Monumento a la Revolución.
Esa misma sociedad oaxaqueña, en su mayoría, y casi todo México aplaude el valor del gobierno federal y del estatal al tomar esta medida urgente para quitar el control caciquil a verdaderos oportunistas que manejaban tan inmoralmente un instituto como el de la Educación en tan retrasado Estado en el proceso enseñanza-aprendizaje. Que no se rajen, es lo que se espera ante la furiosa reacción que se está incubando entre todos aquellos que se vieron afectados con tan sana y valiente decisión.
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