De Gustavo Cárdenas Gutiérrez, no nos gustó el único spot o anuncio radiofónico que le hemos escuchado, no nos simpatizó por lo supuestamente plagado de maldiciones que está, tuvieron que ponerle el clásico sonido de ¡beeeep! sustituyendo cada una de las muchas palabrotas soltadas en unos cuantos segundos.
Pacto de no agresión, debería ser el tenor en estas campañas a los tres tipos de puestos en competencia, porque la ciudadanía estamos hartos de la violencia, de ataques viscerales, de ofensivas malsanas, ese ha sido el pan nuestro de cada día en los últimos lustros.
Porque ese es el caso de Nuevo Laredo, ciudad y ciudadanía que vive un cáncer indeseable, cuando en el año 2000 se nos vino la violencia, una maldad que fue importada, que no es propia de los nativos.
Una plaga negativa, un mal estado de las cosas y del comportamiento de cierta gente, que tal maldad nos ha contagiado a muchos de los residentes y nos ha vuelto justo casi igual a lo que reprobamos.
Así que hablando de reprobar, todos en Tamaulipas reprobamos el que los políticos se sumen a tales conductas lesivas, dañinas, así que Gustavo Cárdenas, un hombre que creemos decente, nacido de buenas familias, no debería querer hacerse “El Maldito”, “El Uyuyuy”, más bien, creemos que ganaría mayores adeptos, si empleara otra estrategia.
Incluso, si su deseo es exhibir a quienes han sido parte de la álgida situación que reina en Tamaulipas, debería utilizar otro método, uno más benévolo, amistoso, simpático, cambiar de táctica, ser más inteligente y no tan tonto de hacer apología a la mala acción, a la grosería, al insulto, al atropellar a sus competidores.
Las palabrotas ni lo hacen más serio candidato, ni le allegarán simpatizantes, creemos todo lo contrario, el tamaulipeco ya no quiere escuchar groserías, ni atropellos, ese no es el don de los nacidos en esta tierra, esa conducta no nos distingue a los habitantes de la entidad, no está en nosotros el ser broncos, atacantes, groseros.
VA PARA TODOS
Y no sólo para Gustavo Cárdenas, va para todos, nosotros los tamaulipecos, nacidos aquí o residentes por convicción, clamamos por otro estado de las cosas, un estatus de paz, armonía, tranquilidad, apostamos por un clima de amistad, de positivismo.
Arreciarán las campañas, los competidores -elegimos la palabra más sana, en lugar de decir, rivales, oponentes, contrincantes u otros que pudieran sonar o antojarse de lucha, de disputa- podrán salirse de sus casillas y lanzar dicterios, provocaciones y sin maldiciones como las de Gustavo Cárdenas.
Al ciudadano, al elector no le interesa escuchar más “florituras” de uno hacia otro, no desaprobaciones, ni reproches fundados o infundados.
Ya sabemos la clase de cada uno de los que buscan un puesto, sus orígenes, no requerimos que nos estén contando el pasado, los supuestos orígenes de uno y de otro político.
No entre ellos, no en sus mítines, no en sus anuncios en los medios de comunicación.
Eso déjenlo para los periodistas, que regularmente caemos en el enojo, al saber que tal o cual individuo se anda dando baños de pureza y de presunta honradez, cuando medio pueblo -en particular en sus ciudades de origen o donde han desempeñado y desarrollado su carrera política- saben muy bien de qué “pata cojean” y cuáles son sus pecadillos y pecadotes.
Si empiezan con insultos, si por estrategia así abrieron sus campañas, con tal agresividad, si ahora andan con esas cosas, no queremos ni saber qué se dirán el día de los debates obligados, pues al menos para gobernador habrá dos confrontaciones arbitradas por el Ietam.
¿Vamos a escuchar sus preferencias sexuales, las de sus cónyuges, el origen de su dinero, sus crímenes cometidos, sus adicciones, sus malos pasos, sus debilidades y sus entuertos?
Por favor señores políticos, no sean tan enanos mentales, no terminen de caer de la gracia de la gente, de la población que generalmente está asqueada de la política.
Figúrense, que acá nosotros los medios de comunicación nos la pasamos promoviendo que la ciudadanía salga a votar y ustedes los actores de la carrera por tales cargos de elección popular, se esmeran en tirar todo por la borda, lanzándose toda suerte de improperios, defenestrándose.
Carajo, cómo desaniman a medio mundo con sus conductas muy reprobables, no se vale, de plano que no.
Así que compónganse y compórtense, ¡por favor!
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