(Rocky II, 1979)
Luego del megahit que significó la historia original, Sylvester Stallone, quien se revela como un gran guionista, decidió inventar una secuela que también fue muy bien escrita. Y él fue el encargado de dirigirla, poniéndose, otra vez, en el papel protagónico.
Rocky II sigue al Semental Italiano, un boxeador luego de hacer historia, enfrentando al campeón arrogante Apollo Creed (Carl Wheaters), quien ganó la pelea, aunque hizo el ridículo mundial, zarandeado por el novato que le sacó un susto y hasta lo hizo visitar el tapiz.
Esta secuela es muy parecida a lo que es el mismo Stallone: después de Rocky, pasó de ser un desconocido a una estrella internacional y todas las puertas se le abrieron.
A este novato peleador también se le pone el mundo a sus pies. Conquista con su carisma. Su ingenuidad es encantadora. Su historia de Cenicienta del ensogado es irresistible. Y Apollo, lastimado en el orgullo, no acepta que ese inexperto haya puesto en riesgo su reinado.
Por eso le da una nueva oportunidad.
La primera secuela de la extraordinaria franquicia es una gran exhibición de poder sobre el ring.
El clímax es sensacional.
Rocky II es tan buena como su antecesora.
(PG. Orientación de los padres)
Netflix
@LucianoCamposG