Con la veneración y respeto para todos aquellos que sembraron en mí la semilla del saber.
La evolución es parte intrínseca de la naturaleza, nada es estático, lo que ayer fue, hoy no lo es, así es como está diseñada la vida en un constante y permanente cambio.
Aún recuerdo a mi maestra del primer grado aquella que con bondad y por qué no amorosa ternura, realizó las primeras aras en mi imaginación, si la que lejos del claustro familiar (hija de un coronel) la profesora Etelvina Torres Arceo hizo posibles mis primeros sueños y proyectos, mis primeras inquietudes, pues en síntesis la vida es un proyecto de cada uno de nosotros y ese proyecto debemos prolongarlo y alargarlo lo más posible gracias a esas enseñanzas, hasta el final de nuestros días.
Eso no sólo es un sueño, hay muchos ayeres de por medio, más es sólo una calca de lo que debiese ocurrir también en la política y en todos los aspectos cotidianos, se requiere para progresar, idear metas, superarlas, para que quienes nos siguen en el camino proyectado, no se detengan, que los logros obtenidos sean mejorados.
Eso es por quienes nos siguen para beneficio final de todos, esa es y ésta ha sido la siembra de muchos maestros con propuestas positivas no “los que dormitan en el lecho de un rio” ¡vaya hueva!
Nada es permanente, todo tiene principio y fin, quienes tuvieron canongías, estas se terminaron; quienes gozaron de ellas ya pasó y quienes no se adapten a los cambios sucumbirán irremediablemente, porque el progreso nada puede, ni debe, detenerlo, ni siquiera un grupo de maestros disidentes, pues en sentido analógico, hay muchos más que si desean el cambio y por supuesto el progreso.
Ser maestro para mí, ha significado siempre una especie de prolongación de la vida de trascender, una oportunidad más de servir a mi comunidad a mis compañeros de trabajo y porque no, a mí mismo, a los jóvenes que desean superarse, a ellos dedico mis mejores esfuerzos.
Tuve la oportunidad de ser maestro de la Universidad Nacional de México, de la UAT, ahora en el IIER me vanaglorio de ello, más como es sabido los salarios del magisterio siempre han sido bajos, lo que nos lleva a pensar que hay algo más que impulsa a esos seres que ofrecen su saber a sus educandos, para no permanecer estáticos, sino para ser rebasados con propuestas en las nuevas, ágiles e innovadoras de aquellos a quienes enseñamos.
¡Esa es la vida! ¡Principio y fin!
Ser maestro es algo más que pasar lista y ofrecer algunas indicaciones, es mucho más que eso; es sembrar la semilla de la inquietud para ser y abrir panoramas recónditos no explorados, crear una chispa divina; esa es a mi parecer la esencia de la virtud magisterial, es lo que permite a un país,
ser o no ser.
Maestros de todo el universo sean ustedes los dirigentes de todas las generaciones presentes y futuras para beneficio de la humanidad, con sabiduría, respeto y dignidad. Esa es su carrera ¡Ese es su apostolado!
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