Los resultados electorales registrados el pasado 2 de junio en Tamaulipas dejaron de manifiesto una imperiosa necesidad: ¡urge una coalición ciudadana!.
El que hayan acudido a votar solamente un 30 por ciento del padrón electoral revela que los políticos y sus partidos ya no tienen la confianza de los adultos ni de los llamados Millenials.
Los participantes en la pasada elección se quedaron con el voto despensero, del becario y de la Sub-70 que, dicho sea de paso, es un círculo al que únicamente tienen acceso los candidatos del partido que a través de terceros distribuye esos beneficios, pero eso propicia que lleguen a los cargos de elección popular gente sin ninguna identificación y compromiso con la ciudadanía.
De ahí la necesidad de que los ciudadanos de buena fe se reúnan, organicen, discutan y concluyan que, o le entran, o nos iremos por un tobogán del cual no podremos salirnos.
Ya se van a cumplir 19 años del Siglo XXI y seguimos en las mismas, por eso hasta los candidatos del MORENA recibieron el desdén ciudadano, aunque en su caso tienen el paliativo de que no traían ni mugre en las uñas para desarrollar una campaña política.
Hoy estos pobres están apaleados y desconcertados pues creyeron que con la estampita de San Andrés iba a ser suficiente para ganar cuando, en realidad, les pasaron por arriba en 21 de los 22 distritos.
Pero bueno, eso ya quedó atrás, lo que se avista en el horizonte son las elecciones municipales que se llevarán a cabo en el verano del 2021, elecciones que serán concurrentes con las de diputado local y diputado federal, es decir, serán 23 candidaturas.
En Reynosa fácilmente pueden reunirse 30 o 50 ciudadanos de bien para formalizar una coalición en la que todos serían líderes, lo mismo para discutir los problemas.
urbanos y su solución, como para ir promoviendo a quienes serían sus gallos para el proceso eleccionario del 2021.
Son tiempos difíciles pero en situaciones así es cuando aflora la casta, y llegó la hora de mostrar la gallardía del reynosense, ya es imperativo frenar el deslizamiento, la gente ya mostró que no confía en los políticos y sus partidos, los ciudadanos tienen que entrar al rescate y la coalición es una forma de hacerlo.
UN BIPARTIDISMO: SALDO DEL 2 DE JUNIO
Los hechos demuestran contundentemente que en Tamaulipas el bipartidismo está sentando sus reales; así lo marcaron las elecciones del 2016, las del 2018 y las del pasado 2 de junio, pues la competencia ha sido entre el PAN y el MORENA mientras que el PRI en cada elección languidece y ya está en calidad de partido testimonial.
En este pasado proceso apenas obtuvo 10 puntos que le alcanzará para 3 diputaciones plurinominales, y eso lo torna en un partido a modo para que respalde las iniciativas del titular del Poder Ejecutivo de Tamaulipas, como quien dice, diputados de tapete.
Es tan nebuloso el horizonte de los tricolores que para las elecciones del 2021 tendrán que andar buscando quien quiera ser candidato a presidente municipal, diputado local o diputado federal. Donde no batallarán es para encontrar quién quiera ser candidato a regidor, pero en la posición de la uno a la tres, en virtud de que con lo que arañen de votos obtendrían ese número de posiciones dentro del cabildo.
¿Y quién no va a querer esa posición cuando ganan 80 mil “tecolines” por “mezquite”, compensación, vales de gasolina, y acomodo de dos o tres recomendados en la nómina municipal?
El riesgo es que los conspicuos tricolores se arrimen a recomendar juniors y a toda la runfla de haraganes que en cuanto huelen chamba en el gobierno se relamen los bigotes; si lo hacen en las elecciones del 2021 ni las moscas se les van a arrimar.
Y es que con todo y la trapeada que les dieron a los morenistas aún así quedaron en competencia. Es cierto, los panistas los superaron por casi 160 mil votos pero tomando en consideración que los morenucos no traían ni mugre en las uñas, y que los azules contaron con el respaldo de los programas sociales que controla el gobierno estatal y 31 de los 43 municipios, la diferencia en votos obtenida no es como para repiquetear las campanas, por más que haya voces en Ciudad Victoria encandilando al Comandante Azul a emprender una delirante misión que, recordemos, fue la que propició el fin de la carrera política de personajes como Tomás Yarrington.
¿QUIÉN FUÉ EL CULPABLE DE LA DEBACLE MORENISTA?
Cuando se formula esta pregunta las miradas voltean hacia Yeidckol Polevsnky por sus desafortunadas intervenciones por Tamaulipas, dio la impresión de que quería perder -ella no-, pero sus gallos sí, que al no tener espolones ni estar curtidos en palenques fueron como unos pichones a los que sin problemas despacharon los azules.
Hoy nadie quiere dar la cara, nomás Alejandro Rojas Díaz Durán estuvo denunciando “complós” y picándole la cresta al Comandante Azul, lo que le consiguió que lo inhabilitaran de su cargo como consejero nacional del MORENA y lo despojaran de sus derechos partidistas.
La conclusión es unánime, fue absurdo postular candidatos a los que no les proporcionaron recursos y ellos a su vez no tuvieron habilidad para conseguir dinero, mientras que los azules iban a contar de todo y para todo. Sería infantil suponer que Yeidckol ignoraba las circunstancias en que iba a transcurrir la competencia.
Si no ha sido porque los candidatos panistas también fueron víctimas del desencanto ciudadano, hoy se estaría hablando de una masacre morena.
REYNOSA, EN LA FRONTERA DEL CAOS
En materia de inseguridad las cosas se están poniendo gruesas en Reynosa, y aunque ya estamos curados de espanto en esa área, los delincuentes no quieren se les pierda el “respeto” arreciando en sus actividades con un descaro que envidiarían los canchanchanes del Guasón de los cómics de Batman.
Hasta hace poco nomás asaltaban pero ahora hasta ya disparan sin misericordia y de ello han dado cuenta las secciones de nota roja de los periódicos. Esto ha provocado que las tiendas de conveniencia y las estaciones de gasolina no encuentren personal que quiera trabajar en el turno nocturno.
Estamos a niveles de ciudad distópica porque los delincuentes cometen sus fechorías una y otra vez con un escalofriante cinismo, mientras que en las Agencias del Ministerio Público las denuncias se acumulan en los cajones de los asuntos pendientes de investigación.
Se reconoce que la Policía Estatal realiza labores de vigilancia por las calles y seguido se da sus “topones” con los malvivientes, pero es evidente que eso no es suficiente para frenar los llamados injustos penales, los que seguirán siendo cotidianos mientras no haya trabajo de investigación para atrapar a los responsables de los delitos.
De ahí la desesperación en Reynosa porque arribe la Guardia Nacional, pero si no viene a realizar investigaciones de delitos del fuero común vamos a seguir viviendo en medio de incertidumbre y el miedo. Estamos en la frontera del caos.
Y hasta la próxima.