Uno de los graves problemas de los partidos políticos es querer seguirle viendo la cara de estúpidos a los mexicanos. Y casos vigentes son las arremetidas del PRI y el PAN contra Javier Duarte y Guillermo Padrés, ex gobernadores de Veracruz y Sonora, respectivamente, por supuestos actos de corrupción.
Es únicamente el miedo que tienen ambos organismos políticos de perder las elecciones presidenciales de 2018 ante Andrés Manuel López Obrador quien, en caso de que resulten las negociaciones entre PRD, Morena, MC, PT y otros partidos, sería el candidato de la gran alianza de izquierda.
Aparte de la ofensiva contra Duarte y Padrés que pocos creen sea de verdad, la propuesta de Manlio Fabio Beltrones de tener una segunda vuelta en los comicios de 2018, es otra clara estrategia del PRI y PAN para impedir a toda costa que López Obrador sea el ganador en su tercer intento por llegar a Los Pinos.
Porque ahora resulta que Beltrones -el gran perdedor de las pasadas elecciones como presidente nacional del tricolor-, se pronunció por una reforma electoral a todas luces “anti AMLO”, como pasó también en varios Estados que pusieron obstáculos en sus leyes a las candidaturas independientes después de la victoria de “El Bronco”.
Beltrones propone que el candidato que no obtenga el 50 por ciento más uno de los votos en 2018, deberá competir de nuevo con claras desventajas, porque quedaría abierta la posibilidad de una alianza PRI-PAN como ha pasado en elecciones para gobernador en años recientes.
Quién se iba a imaginar que de la noche a la mañana México puede tener leyes sobre una segunda vuelta al estilo primer mundo europeo, cuando todavía los comicios son duramente cuestionados por prácticas tercermundistas como compra de votos con dinero del erario.
¡Por el amor de Dios. Basta de querer vernos la cara de estúpidos!