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Doha, Qatar.-
En los 16 Mundiales jugados hasta el de Qatar, México siempre hizo goles, uno solo en Suecia en 1958, y otro en 1966, pero hizo.
Y de 1986 para acá nunca se bajó de la marca de 3 goles. El miércoles contra Arabia Saudita se puede dar el caso de que un gol alcance para pasar a los octavos de final.
Si pasa eso, y Polonia le gana a Argentina, habrá que empezar a destapar tequila. Pero si México no convierte (ya sea empatando cero a cero o perdiendo) no habrá clasificación y, casi peor, que se habrá alcanzado el record histórico de completar un Mundial en cero.
¿Tendrá la clave Martino para secar la pólvora mojada? ¿Jugará con tres delanteros? ¿Arriesgará a todo o nada? Casi que no queda otra. No hay margen para especulaciones.
Todavía queda un día y medio para reponerse del mazazo de la caída contra Argentina y encontrar el modo de levantar el ánimo y confiar en lo propio. Se verá después si en la otra cancha dan una manita.
La espera se matiza viendo, con alguna envidia, los partidazos que se vienen dando. Lo de Serbia y Camerún fue un éxtasis goleador, un 3 a 3 con todos los matices.
Lo mismo que Ghana 3, Corea del Sur 2. Vimos goles de todos los colores, de jugada y de contra, de pelota parada o en movimiento, de rebote y de puro toque y triangulación en el área como uno de los de Serbia.
Y después Brasil que liquidó a Suiza en el final con un golazo de Casemiro porque tuvo paciencia y sabe muy bien a qué tiene que jugar. Los suizos manejan la pelota como un relojito de precisión, pero cuando llegan al área ahí no tienen nada.
Como si les hubiesen guardado en una caja de seguridad las claves del gol y no se las dejan ver a nadie.
De hecho el único gol que tienen hasta ahora, contra Camerún, lo hizo un camerunés nacionalizado suizo.
Cosas del mundo global. Conforme avanza el campeonato Brasil, Francia y España son los únicos que han demostrado por qué figuraban en la lista de candidatos.
Pero todavía hay mucha tela para cortar. Abrazo de gol.