México, D.F.-
Colgar los guantes no es una situación sencilla. Hay boxeadores como Erik “Terrible” Morales que le dan vueltas al asunto antes de tomar una decisión definitiva. Así lo explica el propio Morales, quien finalmente tomó la determinación de poner fin a su gloriosa carrera a sus 38 años de edad.
“Es difícil vivir la vida diaria y no ser más un boxeador cuando toda la vida me he dedicado a esto. Es algo que, por lo menos en mi caso, me ha pasado”, reflexionó en su visita a la reunión semanal del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) con la prensa especializada.
“Terrible”, después de su derrota ante el estadounidense Danny Swift García, con un aparatoso nocaut en octubre de 2012, tenía la intención de retirarse con dos peleas, de las cuales quería que una fuera en su natal Tijuana. No obstante, pasó el tiempo y hasta hace unos meses decidió finalmente retirarse de los encordados.
“Te enfrentas a un mundo desconocido. Nadie te enseña a administrar tu dinero, a tener un plan después del boxeo, a planear a qué te vas a dedicar después de boxear toda la vida. Es como si un día te despiertas y no puedes realizar más tu profesión”, dijo.
Y es que el caso de Morales no es el único. También hay otros boxeadores referentes del pugilismo mexicano de los últimos años que se la han pensado largamente para colgar los guantes. Son los casos de Jorge “Travieso” Arce, que regresó de un retiro, o un Juan Manuel Márquez, que aún no decide su futuro a sus 41 años.
El ahora ex pugilista tijuanense dice que, en su caso, se encuentra satisfecho de su carrera, en la que fue campeón en cuatro divisiones distintas y es serio aspirante a ingresar al Salón de la Fama Internacional de Boxeo.
“Yo creo que no le debo nada al boxeo. Al contrario, me cobró caro. Veo a mis hijos ya grandes y no sé en qué momento crecieron. A veces nos vemos como extraños en la casa, pues apenas estamos conviviendo día con día”, compartió Morales.
El ex campeón mundial ahora dedica su tiempo a aconsejar a boxeadores, como a Jorge “Maromerito” Páez, aunque sólo como consejero y no como entrenador, pues admite que no tiene la paciencia para estar de tiempo completo con los boxeadores.
En sus planes inmediatos se encuentra el realizar clínicas para compartir su experiencia boxística tanto a peleadores como a entrenadores.
“Hay muchos boxeadores que fallecen por la forma empírica de trabajar de sus entrenadores en temas como el peso. Hay gente que no está capacitada”, comparte.
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