México, D.F.- Amargoso, Antonio Mohamed acusa hosquedad en el trato. Parco, responde con monosílabos cuando se siente agredido y es rudo con su propio equipo ante la suavidad que promueven quienes defienden el americanismo por hábito mediático.
Ante Jaguares, reconoce, “fue el partido que menos generamos al frente, pero lo rescatable es que yendo perdiendo dos veces, se levantó”, justifica el director técnico de las Águilas, permanentemente en guardia frente a los reflectores que le exigen los resultados prometidos.
“Lo único que tenemos que hacer es ganar los tres puntos del sábado y después sabemos que hay que hacer más de 25 puntos para clasificar. Tenemos que ganar mínimo tres o cuatro partidos”, se propone El Turco.
—¿Se es injusto con América cuando está en zona de calificación? —pregunta una voz amable, entre la tempestad.
“Sí, pero el equipo no ha jugado bien, ha dejado de hacer cosas”, acepta. “Hemos perdido partidos en casa que no tenemos que perder, esa es la realidad, pero ahora viene el cierre y no debemos cometer errores como en partidos anteriores, en los que íbamos ganando y perdimos”.
Eso sí, Antonio Mohamed evita, como puede, hablar del par de clásicos que están en puerta. Después del duelo del sábado, contra Veracruz, los millonetas visitarán a las Chivas, en el Omnilife, y recibirán al superlíder Cruz Azul, en el Azteca.
“Para nosotros, todos los puntos son iguales. Sabemos lo que significa en lo psicológico ganarle a algunos rivales, pero hoy tenemos toda la energía puesta en Veracruz, nada más. No pensamos más lejos que eso”, ataja, sin enredarse en el porvenir.
“Lo único que te puedo asegurar es que es Veracruz o puede ser otro el rival, vamos a salir a buscar el partido y tenemos que ganar. Sea el que sea, lo digo con respeto, no nos interesa, porque necesitamos ganar. Hoy es Veracruz, pero si era otro rival cualquiera, le tenemos que ganar. Esa es nuestra mentalidad”.
Luego suelta una seguidilla de respuestas cortantes, a la defensiva, con tal de salir del paso.
—¿Falta actitud?
“No, para nada…”
—¿Cómo los ves?
“Bien…”
—¿Muy bien?
“No, muy bien dijiste tú”.
—¿Bien a secas?
“Sí, los veo bien”.
Así, nada más… “Bien”.
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