Mónaco sorprende al Arsenal y le complica el pase en Champions

Londres, Ing.-
Mónaco se creció en el Emirates Stadium y sacó buena cuota de goles como visitante para poner contra la pared a un ineficiente Arsenal, al que se impuso 3-1 en la ida de los octavos de final de la Champions League.

Gracias a las anotaciones de Geoffrey Kondogbia (38), el búlgaro Dimitar Berbatov (53) y el belga Yannick Ferreira (90+4), los “rojiblancos” se sirvieron con la cuchara grande y agradecieron las múltiples fallas de los “gunners”, que sólo pudieron hacerse presentes en el marcador hasta el minuto 91 a través de Alex Chamberlain.

Danny Welbeck y el francés Olivier Giroud se cansaron de fallar para los de casa, y al final el cuadro visitante le ganó la partida su ex timonel, Arsene Wenger, quien estuvo al frente de su banquillo de 1987 a 1994.

Por mucho que los ingleses se esforzaron en llevar el control del duelo los primeros 15 minutos, no supieron concretar y están al límite de ser despedidos por quinta ocasión consecutiva en esta ronda.

Con un potente riflazo desde fuera del área, Kondogbia anotó un gran gol, aunque también con complicidad de la zaga local que desvió un poco la trayectoria del esférico y agarró a contrapié al guardameta colombiano David Ospina.

Ya en la parte complementaria, “Berba” parecía aniquilar la serie cuando fusiló al “cafetero”, en una jugada que sorprendió por las facilidades otorgadas por sus enemigos, que jamás le salieron a la marca.

Sobre el final, Chamberlain se lució con un riflazo, al que le inyectó una soberbia comba que hizo inútil el vuelo del cancerbero croata Daniel Subasic.

Cuando los londinenses parecían resucitar en el choque, una nueva distracción les costó una dolorosa y tal vez hasta lapidaria tercera anotación, cortesía de Ferreira Carrasco, que de forma casi infantil, cruzó con disparo raso a Ospina, otra vez, sin que alguien de los ingleses lo incomodara.

El cuarto lugar de la Ligue 1 tendrá en sus manos concretar su pase a “cuartos” el 17 de marzo cuando le haga los honores a unos alicaídos “gunners” en el estadio Louis II.