Cd. de México.- La presencia del Papa Francisco en el país contribuye a reafirmar la vocación colectiva de los mexicanos por la paz, la fraternidad, la justicia y los derechos humanos, pues “las causas del Papa son también las causas de México”, aseveró el presidente Enrique Peña Nieto.
Durante la ceremonia oficial de bienvenida al pontífice, el mandatario dijo que el respeto, la tolerancia y el entendimiento son cualidades que independientemente de la creencia de cada quien, nos hacen mejores personas, son el espacio de encuentro desde el cual, dentro de las diferencias, podemos construir un mundo mejor.
Peña Nieto abundó que el pontificado de Francisco ha llegado en un momento importante y complejo para el mundo, en un tiempo de grandes retos y realidades que “muestran a una humanidad que constantemente enfrenta la decisión de hacer el bien, de ser indiferentes o de dejarse llevar por el mal”.
En este contexto sostuvo que a los gobiernos les corresponde crear las condiciones para asegurar un “piso básico” de bienestar a las sociedades, así como garantizar oportunidades de desarrollo para todos, mientras que a los ciudadanos les corresponde practicar y transmitir los valores que nos permiten convivir y avanzar en sociedad.
Desde lo espiritual, a su vez, al catolicismo y las demás religiones del mundo les toca seguir promoviendo la esperanza y la solidaridad, la fraternidad y, ante todo, el amor.
Por ello “la importancia de tener un Estado laico, como lo es el Estado mexicano, que al velar por la libertad religiosa protege la diversidad y la dignidad humana”, subrayó.
En el Patio Central de Palacio Nacional, donde estuvo acompañado por su esposa, Angélica Rivera de Peña, integrantes de su gabinete y representantes de los poderes Legislativo y Judicial, Peña Nieto dijo al Papa que “todos estamos llamados a edificar un mundo mejor, trabajando en unión y en sintonía“”.
El Ejecutivo federal subrayó que “la solidaridad es, como usted bien lo ha dicho, un modo de hacer la historia”.
Peña Nieto afirmó que se reconoce al “líder sensible y visionario que está acercando a una institución milenaria a las nuevas generaciones, (…) al Papa reformador, que está llevando a la Iglesia Católica al encuentro con la gente”.
“Como jefe de Estado, hoy en Palacio Nacional el Gobierno de México reconoce con honores su investidura, y como Papa, los mexicanos le damos la más cálida y fraternal bienvenida a nuestro país”, externó.
Recibir por primera vez a un pontífice en el recinto histórico de Palacio Nacional “es reflejo de la buena relación entre la Santa Sede y México”, además de que su visita trasciende el encuentro entre dos Estados, pues “se trata del encuentro de un pueblo con su fe”, añadió.
El mandatario sostuvo que “el paso de Su Santidad dejará una huella imborrable en los mexicanos” al recorrer el país de frontera a frontera, en donde conocerá la pluralidad de sus expresiones étnicas y culturales, y será testigo de una nación de jóvenes que hace frente a sus desafíos y que se está transformando para superarlos.
“En las calles, en los estadios y plazas que visitará, se encontrará con un pueblo generoso y hospitalario; con un pueblo orgullosamente guadalupano”, declaró.
“Éste es el México que lo recibe con el corazón y los brazos abiertos. Somos una comunidad que valora a la familia, una sociedad solidaria y una nación forjada en la cultura del esfuerzo”, enfatizó el presidente.
Al término de la ceremonia, el Papa Francisco se acercó para saludar a algunos de los asistentes, entre quienes se encontraban funcionarios de los tres niveles de gobierno y gobernadores.
Después firmó la fotografía oficial con el presidente de la República antes de salir hacia la Catedral Metropolitana, para sostener un encuentro con obispos.
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