Buenos Aires, Arg./26 Sept.
Los nueve mexicanos detenidos en Argentina acusados de pertenecer a una célula del Cártel de Sinaloa se declararon inocentes y dijeron haber llegado al país “engañados” desde Guanajuato, México, revelaron investigadores del caso.
Fuentes de la causa dijeron a Notimex que los mexicanos ya concluyeron su presentación ante el juez Federico Faggionatto Márquez, a quien le brindaron versiones prácticamente idénticas en las que se deslindan del tráfico de drogas.
El pasado 18 de julio, la Policía Federal realizó un operativo en la localidad de Ingeniero Maschwitz, en Buenos Aires, en el que desarmó una banda que fabricaba drogas de diseño a partir de la efedrina.
Durante el allanamiento, quedaron detenidos Jorge Alejandro Jerónimo Lira, Salvador Barrera Valadez, José Luis Velazco Colón, Rubén Rodríguez Cano, Miguel Sierra Chávez y los hermanos Luis Aurelio y Edgar Daniel Rocha Mendoza, oriundos de la ciudad mexicana de León.
También fueron apresados Jesús Paulo Arroyo Vergara, y Rodrigo Lozano Rodríguez, nacidos en los estados mexicanos de Sonora y Chihuahua, respectivamente.
En un principio se habló de un inexistente “Cartel de León” aunque después las investigaciones apuntaron a que trabajaban para el Cártel de Sinaloa que comanda Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Durante dos meses, los detenidos se negaron a declarar ante el juez, pero finalmente la semana pasada comenzaron a ofrecer sus testimonios y aseguraron que tenían temor porque sus familias se quedaron en México.
También coincidieron en que Jesús Martínez Espinoza, quien hoy se encuentra prófugo, los reclutó en Guanajuato invitándolos a trabajar en Argentina con un salario de 300 dólares mensuales.
Todos aseguraron que eran campesinos sin tierras que después se dedicaron a realizar trabajos de plomería, electricidad, carpintería y otros oficios.
Los investigadores señalaron que las versiones de los mexicanos tienen sentido porque los nueve vivían hacinados en uno de los cuartos de la casa de campo en la que Martínez Espinoza montó el laboratorio clandestino.
Explicaron que la casa era grande y con varias habitaciones que se utilizaban para la producción de drogas, mientras que los nueve detenidos vivían en condiciones deplorables.
Por ejemplo, ninguno de ellos podía salir de la vivienda sin autorización de Martínez Espinoza, quien está considerado como el líder de la banda y es buscado tanto en Argentina como en México.
De hecho, los detenidos no representarían ningún riesgo para los capos de la droga porque, salvo en el caso de quien les daba órdenes de manera directa en Buenos Aires, desconocían al resto de la organización que traficaba la metanfetamina.
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