San José, Costa Rica
Erigida en Cristo Rey, conflictivo barrio marginal a unos mil 500 metros al sur del centro de la capital costarricense, la (no estatal) Asociación Obras del Espíritu Santo limita hacia cualquier esquina con la muerte, la pobreza, el narcotráfico, la delincuencia y la exclusión social, pero combate el hambre, el analfabetismo, la criminalidad y la desesperanza, promueve el arte y, con una canción, clama por usar la mascarilla para atacar al coronavirus.
En un edificio que acoge a diario a centenares de personas con hambre y a estudiantes de primaria y secundaria, desertores escolares y colegiales, madres y padres en el desamparo, drogadictos y delincuentes, la asociación impulsa el ataque al Covid-19 con Sopa de caracol.
Lanzada en enero de 1991 por el conjunto musical hondureño Banda Blanca como readaptación al español de una pieza beliceña en garífuna, idioma de la etnia afrodescendiente caribeña garínagu de Belice y otras naciones de América, la canción fue convertida por el sacerdote católico costarricense Sergio Valverde, presidente y director de la asociación, en un ritmo antipandemia que se transformó en video… viral. La letra es contagiosa, se llama “Te hago un funeral” y mezcla consejo y advertencia: “Sin la mascarilla/hay Covid pa’ti hay Covid pa’mí/no te la vaya a quitar/sube, sube/te tienes que cuidar/te tienes que apartar/si no al hospital/vas a ir a parar/ ¡y si te descuidas/te hago el funeral!.
“Te tienes que cuidar/te tienes que proteger/ ¡y si te descuidas/te hago un funeral!”, alerta. “A los niños vamos a cuidar/a la esposa hay que cuidar/al esposo hay que cuidar/a los viejitos hay que cuidar/”, recalca en un tramo final.
Como intérprete de “Te hago un funeral” con indumentaria eclesiástica, el cura abre el video, que la primera vez se grabó en una misa transmitida por internet, y baila sin cesar con un mensaje desde el púlpito del templo de la asociación en Cristo Rey con la compañía musical y vocal del grupo de esa iglesia. “Uno enferma al otro y el otro al otro y al final… nos fuimos. Así que, sin la mascarilla hay Covid pa’ti y Covid pa’mí. No te la vayas a quitar. Vamos, hay que hacerlo animado. Vamos a vencer. ¡Vamos con todo! ¿Quién dijo miedo? Vamos a vencer. ¡El Covid no nos va a matar!!”, señala… y se pone a cantar. “La letra la improvisé ese día”, comenta Valverde.
“Preocupado por tantos contagios y muertos y por sus familias con hambre, y al ver que todo iba en aumento, pensé hacer algo con música. Los jóvenes que nos visitan son muy alegres y son 70% de la población que nos visita. Mi intención fue llegarles a ellos, muy confundidos con las mascarillas”, explica.
Valverde detectó que “Sopa de caracol” tiene gran aceptación. “Le pedí a nuestro grupo musical que montara la música y le dije que yo le ponía letra. Me gusta inventarles letras a canciones conocidas. Así inventé otras dos por la pandemia”, relata. Una es “A mover la colita”, de la Sonora Dinamita, de México. “A ver, a ver/guarde el distanciamiento/si no lo haces/te enfermás/en cualquier momento/Se enferma el doctor/y se enferma la enfermera/también el sacerdote/cuando enseña ahí en el templo/Hay que guardar distancia/al ritmo de esta canción”, recomienda.
La otra es “Agárrense de las manos”, del cantante venezolano José Luis Rodríguez “El Puma”. “Lavémonos bien las manos/hey/vamos, vamos amigo/hey/juntos podemos lograr/detener el contagio”, indica. Tras la primera grabación de “Sopa de caracol” en mayo de 2020, Valverde entró en contacto con la Banda Blanca. “Al convertirse en viral y ser difundida por medios internacionales, la contactamos y grabamos junto un video vía internet. Los hondureños desde Honduras pusieron la música y yo la letra en Costa Rica (…) Ha sido muy bonito. En los hospitales la tienen y la transmiten para alegrar a los pacientes. En emisoras seculares estuvo número uno. La recepción en la juventud y en otros sectores ha sido extraordinaria. Se empezó a difundir en iglesias católicas y no católicas, en organizaciones sociales, en estadios”.
En géneros de cumbia y punta, la letra y la música son del compositor y escritor garínagu beliceño Hernán Chico Ramos. No se estableció el año de su creación. El texto en español fue escrito por el músico hondureño Juan Pompilio Tejeda, llegó a ser éxito de Banda Blanca y de otros conjuntos.
Fundada hace 20 años, la asociación tiene comedores de auxilio diario de infantes, jóvenes, adultos mayores y núcleos familiares y ambulantes para indigentes o habitantes de calles y para terrenos ocupados por precaristas, con lo que asiste a unas 100 mil personas al mes con 72 mil menores en riesgo social. La tarea incluye entregar al mes unos 5 mil paquetes de alimentos y artículos básicos a familias de alta vulnerabilidad social y apoyo similar a unas 30 organizaciones sociales no estatales. También dispone de otros medios de apoyo, incluida una orquesta de cuerdas: La Alegría, coros y planes artísticos diversos.
Hay guarderías, albergues de infantes y jóvenes y uno de adultos mayores excepto de noche. Con bolsa de empleo y enseñanza de cómputo, aporta consultoría jurídica, sicológica y espiritual, entre otros, en un contexto de canchas de futbol, baloncesto y otros deportes y granjas, piscinas, juegos mecánicos e inflables. Al menú, la asociación agregó “Sopa de caracol”, “A mover la colita” y “Agárrense de las manos”… de ataque a la pandemia.