Ciudad del Vaticano.-
Para las víctimas de abusos sexuales es una necesidad primaria saber que la Iglesia comprende la gravedad de lo que han sufrido, dijo el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, William Joseph Levada, en un seminario.
El discurso del cardenal en el simposio internacional “Hacua la curación y la renovación”, que finalizará este jueves en la Universidad Gregoriana de Roma, fue difundido este miércoles por la sala de prensa del Vaticano.
En su intervención el purpurado también resaltó que es una obligación de la Iglesia cooperar con las autoridades civiles en los casos de abusos sexuales perpetrados por eclesiásticos.
“Para muchas víctimas de abusos, una necesidad primaria es saber que la Iglesia escucha su historia, que comprende la gravedad de lo que han sufrido, que desea acompañarles en el largo camino de curación y que toma medidas adecuadas para la protección de otros niños frente a semejantes abusos”, dijo.
El cardenal Levada reiteró que “para los líderes de la Iglesia, la cuestión es delicada y urgente”.
También insistió en que “es importante no perder de vista la gravedad de estos crímenes” mientras se busca el mejor modo para “ayudar a las víctimas, proteger a los niños y formar a los sacerdotes de hoy y de mañana para que sean conscientes de este flagelo de modo que podamos eliminarlo del sacerdocio”.
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe recordó que, en su motu proprio “Sacramentorum sanctitatis tutela”, el papa Juan Pablo II actualizó la lista de crímenes canónicos e incluyó entre los más graves el abuso sexual de menores por parte de clérigos.
Resaltó que Benedicto XVI, entonces prefecto de la Congregación, “tuvo un papel esencial en la implementación de las nuevas normas y apoyó la aprobación de las Normas Esenciales para Estados Unidos”.
Asimismo, recordó, el Papa ordenó en 2010 la promulgación de la normativa revisada para hacerla aún más estricta.
Destacó que con el fin de ayudar a las Conferencias Episcopales a adoptar medidas apropiadas, la Congregación para la Doctrina de la Fe envió en mayo de 2011 una Carta Circular en la que especifica que deben aplicar la disciplina canónica a los clérigos culpables del delito de abusos.
También deben evaluar atentamente la idoneidad de los sacerdotes y otras personas que realizan su labor dentro de la Iglesia; elaborar programas educativos para las familias y las comunidades eclesiales con el fin de asegurar la protección de niños y jóvenes; y asistir como pastores a las víctimas.
Levada invitó a seguir el ejemplo del Pontífice, quien ha destacado la importancia de escuchar a las víctimas reuniéndose con muchas de ellas en sus visitas pastorales.
Reiteró a los obispos y a los superiores de las órdenes religiosas “la necesidad de discernir todavía más atentamente la aceptación de candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa.
También pidió elaborar programas que proporcionen la formación humana necesaria y fundamental, incluida la apropiada formación en la sexualidad humana”.
Levada subrayó además que es necesaria la cooperación con las autoridades civiles para enfrentar este tipo de delitos.
“No menos importante que cualquiera de los otros elementos, es la cooperación de la Iglesia con las autoridades civiles y el reconocimiento de que el abuso sexual de menores no es sólo un delito de derecho canónico, sino también un crimen que viola las leyes penales”, anotó.
Remarcó que “la Iglesia tiene la obligación de cooperar con las exigencias de las leyes relativas a la denuncia de esos delitos a las autoridades competentes”.
Al final, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe manifestó su deseo de que el simposio sea “una fuente de conocimientos y esperanza para los que buscan eliminar el azote del abuso de menores en toda la sociedad”.
El simposio, iniciado el lunes pasado, reunirá hasta mañana jueves a obispos y superiores religiosos de todo el mundo para relanzar el compromiso de la Iglesia en la protección, contra los abusos sexuales, de los menores y las personas vulnerables.