Miami, E.U.-
La temporada de huracanes del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe que concluyó hoy pasará a la historia como una de las más activas y será recordada por la “súper tormenta” Sandy que dejó más de 150 muertos en Estados Unidos, Haití y Cuba.
En total, en la temporada de seis meses se formaron 19 tormentas tropicales con nombre, 10 de las cuales se transformaron en huracanes, un número de tormentas por encima del promedio.
Este es el tercer año consecutivo en que se registra ese número de tormentas. Sólo en dos años anteriores se registraron más tormentas: en 1933 (20) y 2005 (28).
El huracán Michel en septiembre fue el único que alcanzó la categoría 3, un nivel considerado como mayor y el más potente de la temporada con vientos máximos de 185 kilómetros, aunque no afectó tierra.
A diferencia de otras temporadas, el director del Centro Nacional de Huracanes (CNH), Rick Knabb, apuntó que la mayor devastación en este año fue causado por el agua y no por el viento.
El CNH aumenta los esfuerzos para desarrollar nuevas advertencias que transmitan mejor la amenaza de la marejada ciclónica cuando toca tierra por “monstruos” como Sandy, de acuerdo con Knabb.
Esta masiva tormenta del doble del tamaño del estado de Texas tocó tierra en la costa noreste de Estados Unidos en Nueva Jersey a finales de octubre, trayendo con ella vientos de 129 kilómetros.
Sandy generó inundaciones en esa región que costaron la vida a más de un centenar de personas en varios estados. Los daños materiales se calculan en casi 100 mil millones de dólares.
Este fenómeno meteorológico también azotó antes a Haití, Cuba y Jamaica, donde causó 70 muertes, principlamente en Haití y Cuba. Dejó severos daños materiales.
La temporada que regularmente se inicia el 1 de junio, se adelantó con las tormentas Alberto y Beryl. Esta última bañó el sureste de Estados Unidos en mayo.
La tormenta Debby causó severas inundaciones en el norte de Florida en junio y provocó desalojos, mientras que Isaac retrasó el programa de la Convención Nacional Republicana en agosto en Tampa.
Este sistema se fortaleció a huracán y causó inundaciones en los estados de Misisipi y Louisiana y puso a prueba los diques de la ciudad de Nueva Orleans.
Los científicos creen que el factor elemental para que este año se hayan formado un gran número de tormentas fue la ausencia del fenómeno de “El Niño”, que inhibe la formación de huracanes en el Atlántico y tiene un efecto contrario en el Pacífico tropical.
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