San José, Costa Rica.-
Estados Unidos es el origen de una controversial mezcla social y económica en Guatemala entre remesas familiares y guatemaltecos deportados: si las repatriaciones se disparan por las políticas anti migratorias anunciadas por el presidente Donald Trump tras asumir el mes pasado, el riesgo es que disminuyan las transferencias de dinero de los migrantes desde suelo estadounidense al mercado financiero guatemalteco.
El Banco Central de Guatemala informó que en comparación con los meses de enero de 2010 a 2016, en enero de 2017 se registró la mayor cantidad de remesas, con 587,6 millones de dólares.
Aunque la cantidad es menor a la diciembre de 2016, que reportó 678 mil 4 millones de dólares y tuvo un crecimiento como todos los últimos meses del año previos por ser una época peculiar de festejos, nunca en enero se había sobrepasado la cifra de medio millar de millones.
Los montos registraron un aumento sostenido a partir de enero de 2010, con 246,1 millones de dólares, y subieron a 481,9 millones de dólares en enero de 2016.
Las cantidades anuales de las remesas a Guatemala también reportaron un crecimiento sostenido: de 4 mil 126 millones de dólares en 2010 llegaron a 5 mil 544 millones de dólares en 2014, precisó el Banco. En 2015 sumaron 6 mil 284 millones de dólares y en 2016 alcanzaron 7 mil 159 millones de dólares, puntualizó.
Por eso es que Guatemala, que en 2015 y 2016 se consolidó como tierra natal de la mayoría de centroamericanos deportados por EU y que en 48 días de 2017 superó el número de repatriados en los primeros dos meses del año anterior, confía en que se cumpla la promesa que el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, general John Kelly, lanzó en la capital guatemalteca: las deportaciones masivas están descartadas.
Para una economía que, como la de Guatemala, depende en gran parte de las remesas familiares que provienen de los guatemaltecos que viven legal o ilegalmente en EU, y en una nación en la que más de la mitad de los 16 millones de guatemaltecos vive en miseria o miseria extrema, los migrantes—regulares o irregulares—son esenciales… pero que permanezcan en suelo estadounidense.
Pese a que son obligados a migrar al exterior porque sufren exclusión socioeconómica y son las principales víctimas de la violencia que sacude a sus países de origen en Centroamérica, los migrantes guatemaltecos, hondureños y salvadoreños luego se convierten en sectores claves como proveedores de intensos flujos de dinero que se inyectan a las tres economías y sofocan los desbalances fiscales.
Guatemala, Honduras y El Salvador, que forman el Triángulo Norte de Centroamérica, están entre las principales fuentes de migrantes irregulares a EU pero también son receptores de miles de repatriados por las autoridades estadounidenses.
El número de guatemaltecos expulsados por EU fue de 66 mil 908 en 2015 y 2016 y sobrepasó al de otros centroamericanos, informó la Dirección General de Migración de Guatemala a EL UNIVERSAL.
Del 1 de enero al 17 de febrero de 2017 fueron deportados 4 mil 957 guatemaltecos de EU, frente a 4 ml 861 en enero y febrero de 2016, precisó. El promedio diario bajó de 99.33 de enero y febrero de 2015, con 5 mil 432 deportados, a 82.38 en ese mismo periodo de 2016 y aumentó a 103.27 al 17 de febrero de 2017, reportó la Dirección.
Personaje clave. Kelly, quien llegó antenoche a Guatemala y ayer en la tarde siguió hacia México, concluyó en esa nación centroamericana la fase inicial de su primer viaje al exterior desde que el pasado 20 de enero asumió el cargo como pieza vital de la política de Trump contra la migración irregular. En una significativa escala en su estadía de menos de 24 horas en Guatemala, el general visitó un centro en una instalación militar para recibir a guatemaltecos deportados de EU.
La cancillería de Guatemala informó que tras tener ayer en la mañana una “reunión constructiva” con el presidente guatemalteco, Jimmy Morales, en el Palacio Nacional, de la capital, prometió que no habrá expulsiones masivas y que EU respetará los derechos humanos de los migrantes.
“Nos ha expresado que el interés del gobierno de EU es focalizarse en aquellos migrantes que tengan un récord criminal”, indicó el canciller guatemalteco, Carlos Morales, en una declaración con Kelly.
En su cita con el secretario, efectuada al día siguiente de que Trump endureció el control migratorio, el presidente le explicó que el 85% de guatemaltecos migra a EU por razones económicas, narró el canciller. “Por eso se vuelve un imperativo” generar condiciones en Guatemala “que les permitan quedarse en casa”, subrayó.