Ginebra, Suiza/Agencia Xinhua.-
La actual pandemia de COVID-19 está “lejos de haber terminado” pues el número de nuevos casos en todo el mundo ha aumentado 30 por ciento en las últimas dos semanas, indicó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Me preocupa que los casos de COVID-19 sigan aumentando, lo que ejerce más presión sobre sistemas de salud y trabajadores médicos saturados. También estoy preocupado por la tendencia creciente de muertes” , dijo hoy en Ginebra el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
De acuerdo con Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, el reciente incremento reportado de nuevos casos de COVID-19 se debe en gran medida a las subvariantes BA.4 y BA.5 de Ómicron y a la suspensión de las medidas sociales y de salud pública. Los recientes cambios en las políticas de realización de pruebas también han estado obstaculizando la detección de nuevos casos y el seguimiento de la evolución del virus, indicó.
El viernes pasado, el Comité de Emergencias de la OMS concluyó que el virus sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional y advirtió de varios desafíos entrelazados.
Por ejemplo, aunque las subvariantes BA.4 y BA.5 de Ómicron siguen impulsando las nuevas olas de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos en todo el mundo, la vigilancia, incluyendo la realización de pruebas y la secuenciación, ha bajado significativamente, lo que vuelve cada vez más difícil evaluar el impacto de las variantes sobre la transmisión y la eficacia de las medidas de respuesta.
“Las nuevas olas del virus demuestran una vez más que la COVID-19 está lejos de haber terminado” y que “el virus sigue circulando libremente y los países no están manejando de manera efectiva la carga de la enfermedad con base en su capacidad” , indicó el jefe de la OMS.
También exhortó a los Gobiernos a desplegar medidas probadas y comprobadas como el uso de mascarilla, ventilación mejorada y protocolos de prueba y tratamiento, además de revisar y ajustar con regularidad los planes de respuesta a la COVID-19 con base en la epidemiología actual y también el potencial de aparición de nuevas variantes.