Ciudad de México.-
En su mensaje previo al Angelus, el papa Francisco llamó a los cristianos a combatir la trata de personas y recordó la vida de Cristo llama a ser “la sal de la tierra y la luz del mundo”, expresiones que Jesús utilizó contra la corrupción y a favor de las buenas obras para el prójimo.
El pontífice recordó la Jornada de Oración y Reflexión contra la trata de personas, celebrada este sábado, día de la memoria liturgia de Santa Josefina Bakhita, Patrona de las Víctimas de la trata.
“Para sanar esta plaga, porque es una verdadera plaga que explota a los más débiles, es necesario el compromiso de todos, instituciones, asociaciones y organismos educativos”, advirtió el Papa.
Agregó que como medida preventiva se debe conocer que las organizaciones criminales “usan cada vez más los medios de comunicación modernos -como las redes sociales- para atraer mediante el engaño” a las víctimas.
Conminó a los fieles a que es necesario educar a un uso sano de los medios tecnológicos y por otra parte vigilar y recordar a los proveedores de esos servicios telemáticos sus responsabilidades.
Cabe recordar que el sábado el Papa Francisco inauguró la red Super Monjas (Super Nuns), una iniciativa para recaudar fondos para las víctimas de trata de personas y para financiar proyectos de atención y apoyo encabezados por religiosas.
Esta iniciativa fue lanzada por Talitha Kum, quien reside en México y la Fundación Galileo, entre otros organismos.
El Pontífice habló sobre el Evangelio, en el que Jesús dice a sus discípulos, “ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo”.
Explicó que la sal es el elemento que da sabor y que conserva y preserva los alimentos de la corrupción. Y aseguró que, los discípulos de Dios están llamados a mantener alejados de la sociedad los peligros, los gérmenes corrosivos que contaminan la vida de las personas.
En tanto, la luz es la que disipa la oscuridad y permite ver, refirió que “Jesús es la luz que ha disipado las tinieblas, pero ellas aún permanecen en el mundo y en las personas individuales”.
Concluyó su mensaje enfatizando que “la tarea del cristiano es dispersar las tinieblas haciendo resplandecer la luz de Cristo y anunciando su Evangelio”, donde además se use la palabra y las buenas obras.