Washigton, EU.-
Ante la imposibilidad e incapacidad de llegar a un acuerdo para conseguir fondos para su prometido muro, el presidente estadounidense Donald Trump parece estar decidido a declarar una “emergencia nacional” en la frontera con México para poder construirlo saltándose al Congreso.
El mandatario viajó este jueves a la frontera para ver de primera mano la situación de la “crisis humanitaria” que, en su opinión, sólo puede resolverse erigiendo una barrera física.
“O ganamos y llegamos a un acuerdo, porque creo que un acuerdo es una victoria para todos, o declararé emergencia nacional”, dijo Trump al salir de la Casa Blanca rumbo a Mc Allen, Texas, sin esconder que está más que dispuesto a poner sobre la mesa la última carta que le queda. “Si no llegamos a un acuerdo, sería muy sorprendente que no declare emergencia nacional y fondee a través de varios mecanismos. Es casi seguro que lo haré”, añadió.
Cuestionado sobre si será México el que pague por el muro, Trump dijo una nueva falsedad para añadir a su repertorio: que nunca dijo que México iba a pagar “con un cheque” por el muro en la frontera, a pesar de que fue un lei motiv de su campaña electoral. “Cuando dije que México pagaría por el muro frente a miles de personas… obviamente no quise decir que nos darían un cheque”, explicó, obviando que en 2016 expresó textualmente que recibiría “un pago de entre 5 mil millones y 10 mil millones de dólares”. En vez de ello, defendió que México pagará a través del acuerdo comercial T-MEC, que sustituye al TLCAN.
Trump se está quedando sin opciones, cada vez más arrinconado ante la presión de mantener el cierre de gobierno como rehén para conseguir su deseado muro en la frontera con México. “Estamos atorados. No veo salida adelante”, confesó el senador Lindsey Graham, uno de los más leales a Trump y conocido por sus tejemanejes capaces de sacar adelante acuerdos y pactos rocambolescos.
“No sé con quién más hablar, no sé qué hacer. Nunca me he sentido más deprimido como ahora”, expuso. El Congreso inició un receso que durará hasta la próxima semana, con lo que el gobierno superará el récord histórico de más días sin fondos.
La Casa Blanca no está dispuesta a dar su brazo a torcer. “Si no hay muro no hay acuerdo”, sentenció el vicepresidente, Mike Pence, en el Congreso, advirtiendo que Trump “conseguirá [el muro] de una forma u otra”, y que tiene “el derecho absoluto” de declarar la emergencia nacional”.
“No sé siquiera si el presidente quiere el muro”, señaló la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. “Creo que sólo quiere el debate sobre el muro, y le está costando”, añadió, insinuando que el enroque presidencial sólo tiene carácter electoral. “No creo que quiera una solución; creo que ama la distracción que esto supone sobre otros problemas”, sentenció Pelosi.
Trump pasó este jueves en Texas rodeado de su equipo de seguridad nacional y visitando puestos fronterizos, alabando el trabajo de los cuerpos de seguridad e insistiendo en los peligros que representa el cruce ilegal de personas y la criminalidad en la frontera.
El mandatario insistió en que va a construir “una poderosa barrera de acero” (ya ha defenestrado la palabra “muro”). El poder infranqueable de su propuesta quedó en entredicho por unas imágenes publicadas por NBC, donde se ve cómo la barrera que debía ser supuestamente impenetrable, con bolardas de acero de 9 metros de alto, se puede romper con una sierra.
Mientras tanto, el país se resigna ya a vivir el cierre de gobierno más largo de su historia. Este viernes se cumplen 21 días en los que 25% de la administración federal no funciona con normalidad, un tiempo récord. Los funcionarios públicos afectados, más de 800 mil, ya han visto como no recibían los cheques correspondientes.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que si el cierre se alarga mucho tendrá un “efecto considerable” para la economía de la Unión Americana.
En paralelo, y como consecuencia del paro parcial del gobierno, Trump canceló su viaje a Europa, donde tenía que participar en el Foro Económico de Davos, en Suiza.