México, D.F. / Septiembre 27.-
En México, cualquier trasnacional puede “plagiar” el trabajo artesanal de distintas comunidades sin el riesgo de enfrentar un juicio o controversia del grupo cultural afectado.
Las comunidades “están en la plena indefensión”, pues éstas no tienen personalidad jurídica. El marco normativo en la materia es sumamente poroso. En la actualidad, no se puede acusar a nadie por copiar un bordado de la zona mixteca o la siembra del nopal.
“Si no legislamos en materia de protección de los derechos culturales de los pueblos y las comunidades, sea con derecho positivo o por reconocimiento de usos y costumbres, terminaremos yendo a recoger certificados de autenticidad del Mariachi a Los Ángeles o Colombia”, dijo Lucina Jiménez, del Consejo Asesor de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
El Consejo, que busca fortalecer el marco jurídico de la cultura en México -integrado por intelectuales y miembros de la sociedad civil- expuso a Kenya López del Partido Acción Nacional (PAN), presidenta de la Comisión de Cultura en la Cámara de Diputados, el proyecto de iniciativa de “Ley de Coordinación sobre Patrimonio Cultural Intangible”, que da personalidad jurídica a comunidades.
Lograr esto, a partir de elementos culturales de cohesión -como el código lingüístico- se convertiría en el “primer paso” para elaborar un catálogo de sanciones a plagiarios de las tradiciones.
“Es el conocimiento tradicional de los pueblos. Por ejemplo, el conocimiento milenario de la siembra del nopal y las relaciones que hay alrededor de la cultura del nopal o cualquier otro cultivo que sea parte orientadora de la cosmovisión de los pueblos está siendo objeto de comercialización que no beneficia a las comunidades”, dijo Lucina Jiménez.
López señaló que llevará esta inquietud al seno de la Comisión y buscará lograr el consenso para empujar este proyecto y elaborar un dictamen que pueda llegar al Pleno antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones.
El proyecto establece la etno-ciencia como el principio que determine las manifestaciones culturales que pueden catalogarse como patrimonio inmaterial, que van desde la gastronomía hasta formas dancísticas de una región.
Si la propuesta es apoyada por la Comisión y logra subir al Pleno, conceptos como “el día y la noche; la aurora y el crepúsculo; las fases de la luna, eclipses solsticios y equinoccios” se convertirían en ejes para determinar el patrimonio inmaterial a defender. La nueva nomenclatura atraviesa el uso medicinal de plantas venenosas, remedios caseros y fenómenos hidrográficos.
Jorge Sánchez explicó que aprobar la nueva Ley ayudará a establecer lineamientos generales para que los estados avancen en legislaciones que sancionen concretamente a quienes calquen sin autorización esta manifestaciones.
Adelantó que el Consejo busca impulsar este proyecto en la Conago, pues es en los estados donde se aplicaría la revisión del cumplimiento de la ley.
Sánchez explicó que esta iniciativa “fortalece el pacto federal cultural” y establece que “la cultura es una actividad de interés general y objeto de función pública. Se desarrolla la noción de democracia cultural. La democracia política es esencialmente civil y está sometida a su legislación. La democracia cultural valora el origen cultural y debe asegurarles a las comunidades su plena participación, representación y acceso a la decisiones que les atañen, que les permita la elección de un modelo de convivencia pleno, satisfactorio y valioso”.