Morelia, Mich. / Octubre 19.-
Aunque nadie lo crea, Damián Alcázar, protagonista de las taquilleras “La ley de Herodes” y “El infierno”, ganador de cerca de 30 premios nacionales e internacionales, sigue haciendo casting para varios proyectos.
Lo dice sin problemas, sentado en el lobby del hotel donde se hospeda en esta ciudad, en cuyo certamen se le rendirá un homenaje a su trayectoria, aunque él prefiere llamarle reconocimiento.
Acaba de ver el filme “No dejes que me ahogue”, donde encarna a un trabajador mexicano que labora en los escombros de las torres gemelas de Nueva York, y caminado del cine al lugar donde duerme, siendo detenido continuamente por jóvenes que desean su autógrafo o una foto del recuerdo, además de pasar junto a un plantón de maestros, a un costado de la catedral.
¿De verdad sigue haciendo audiciones para tener un personaje?
¡Para muchas cosas sí! A mí me enseñó Arturo Ripstein cuando hicimos “La mujer del puerto” (en los 90) que él hacía audiciones para ver sus posibilidades de reparto. Ese día me dijo: a ver, ¿de quién crees que puedes pasar como hijo?, ¿de Patricia Reyes Spíndola o de Margarita Isabel?, le contesté y dijo que me diera cuenta que debía probar muchas situaciones.
De sus reconocimientos, ¿cuál le ha conmovido más?
Los mejores y que me conmueven es por ejemplo el de una señora en el mercado de Coyoacán (en el DF) con su bolsita de mandado que se acercó y me dijo: yo ya sé que cuando usted está en una película ¡es porque es muy buena! Cosas así me han dicho y eso implica tener mayor responsabilidad, para dar mejores cosas.
¿Cuántos guiones llega a leer al mes?
Unos cinco que no me causan nada y otros tres que me interesan, pero que se filman evidentemente al año siguiente. Me hablan mucho para ofrecerme historias, a veces me pierdo de buenas cosas por no darle tiempo a la lectura.
¿Dónde tiene los reconocimientos recibidos en su carrera? (premio Ariel, Mayahuel e internacionales)
Entre mis libros, en varias partes. Quisiera que esos reconocimientos fueran una especie de cheque. Que se dijera: ganó el Ariel, entonces se le paga nuevamente su sueldo íntegro (risas), sería maravilloso para cualquier actor porque los sueldos que ganamos son ínfimos y la gente debe multiplicarse y hasta hacer comerciales.
¿Nunca ha perdido el piso a causa del éxito de las películas?
Vengo del teatro y he vivido en todos lados, en el Distrito Federal ando en bicicleta, el metro o el colectivo, por lo tanto soy de sonrisa fácil y no me abruma. Paso el glamour de largo.
¿Qué piensa de Alejandro Ramírez, dueño de Cinépolis, que dijo que los filmes no se estrenaban por falta de calidad?
Fue una desafortunada aseveración por parte de Alejandro, porque promueve este festival (Morelia) y Ambulante, creo que se sintió presionado y está en todo su derecho como buen hombre de negocios de vender lo que quiere. Los distribuidores gringos presionan y no quieren ceder terreno, pero nadie puede negar que de allá llega mucha mierda y esa sí la pasan.
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