Guadalajara, Jal.-
La pregunta es válida: ¿Cómo se debe celebrar el primer gol? Muchos optan por la euforia, pero él no. Quizá, el festejo es reflejo de su personalidad. Cuando ve el balón estremecer las redes, apenas al minuto 10, inicia la carrera detrás del arco.
Con las manos forma un corazón, muy cerca del cuello. Sereno. La fiesta es interna, pero no por eso menos emotiva.
Carlos Fierro recibe el abrazo de sus compañeros. Sonríe un poco más. No hace falta que sea una escena fuera de control. La estampa es por sí sola inolvidable… Como aquella del 10 de julio de 2011, cuando levantó la Copa del Mundo Sub-17, en un Estadio Azteca pletórico. Aquí no hay 100 mil personas.
La parte alta del Omnilife ni siquiera fue abierta. Poco más de 14 mil aficionados son testigos del encuentro entre Chivas y Defensor Sporting de Uruguay, en la Copa Libertadores. De nuevo, no hacen falta más. El joven rojiblanco nunca olvidará la escena por una sola razón: el 1-0 que significa el triunfo para el Guadalajara, es el debut goleador de su carrera con el primer equipo.
De regreso al mediocampo, para reanudar el partido, el sonido local rinde un inédito homenaje. “El Club Deportivo Guadalajara felicita a Carlos Fierro por su primer gol”, se escucha. Cuando Javier “Chicharito” Hernández debutó y le anotó al Necaxa, en el Jalisco, no tuvo el mismo trato. Mas el joven es la nueva esperanza para el futuro próximo.
Pero el gol, táctico del futbol, cambia el accionar del encuentro. El Rebaño Sagrado se enfrasca en un duelo cerrado en mediocampo. Los uruguayos, respetuosos de su garra, meten fuerte la pierna en cada balón dividido. A Chivas le cuesta trabajo plasmar sobre el terreno de juego la dinámica que le distingue.
Carlos Fierro se encuentra el esférico dentro del área. La pregunta, una vez más, es válida: ¿Si ya consiguió uno, por qué no buscar el segundo? Pero esta vez la suerte no lo acompaña. El disparo sale desviado, al 49’.
Pese a todo, los uruguayos se quedan cerca de llevarse algo del Omnilife, al minuto 80. Una chilena de Mathias Britos termina en las redes, pero el árbitro anula la jugada por fuera de lugar. Chivas se salva y la afición respira.
Carlos Fierro recorre el camino rumbo a la banca, al 87’. Los aplausos lo acompañan al salir de cambio. También va junto con él, el recuerdo nítido e imborrable de su primer gol en un partido oficial.
Con el silbatazo final, llegan las conclusiones: no se trata del mejor partido de Chivas, pero el 1-0 se traduce en tres puntos de oro. El conjunto tapatío suma ahora cuatro unidades en el Grupo Siete de la Copa Libertadores, empatado con Deportivo Quito y por debajo de Vélez Sarsfield (seis). La luz de la esperanza está viva.
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