Washington, E.U.-
Tres migrantes apostados desde el sábado en las inmediaciones de la Casa Blanca anunciaron que se someterán desde el martes a una dieta líquida para presionar al presidente Barack Obama a suspender deportaciones vía administrativa.
La protesta, que los tres migrantes planean sostener de manera indefinida tras almorzar el martes, coincide con un ayuno de 48 horas que 100 mujeres procedentes de todo el país iniciaron la víspera en la capital estadounidense, donde se reunirán con legisladores y funcionarios de la Casa Blanca.
Naira Zapata dijo que se someterá al ayuno por la liberación de su pareja, el jardinero Ardany González, para que pueda conocer a la niña de ocho meses que nació después de que él fuera detenido.
“Quiero hacer el ayuno para sentir lo que mi esposo y otros detenidos injustamente sienten. Ellos no pueden comer bien estando ahí adentro encerrados”, indicó la poblana de 19 años que reside desde 2006 en Arizona.
Zapata señaló que realizará el ayuno acompañada de sus dos hijos para que “la gente vea que están aquí apoyándome a mí a y a mi papá” .
José Valdez y Cynthia Díaz acompañarán a Zapata en el ayuno.
Cynthia Díaz, de 18 años y nacida en Arizona, inició su protesta debido al proceso de deportación en que se encuentra su madre, de origen mexicano, desde el 16 de marzo cuando reingresó ilegalmente a Estados Unidos.
En tanto, José Valdez, pide la liberación de su hijo Jaime, de 31 años y nacido en Michoacán, recluido en el Centro de Detención de Florence en Arizona, luego de una apelación a su deportación.
Los tres permanecen apostados desde el sábado en las inmediaciones de la Casa Blanca, cuando participaron en las protestas convocadas en varias ciudades de la nación para protestar por los dos millones de personas que han sido deportadas durante el gobierno de Obama.
En otra protesta, seis personas fueron arrestadas el lunes por manifestarse en las oficinas de los congresistas demócratas Xavier Becerra y Loretta Sanchez, a quienes le pedían una postura más crítica sobre el promedio anual de 400 mil deportaciones ocurridas desde que Obama llegó al poder en 2009.
Obama ha reiterado su renuencia a suspender las deportaciones alegando que la única solución permanente es una reforma legislativa.
El Congreso mantiene en el limbo la reforma porque la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado en junio por el Senado, de mayoría demócrata.
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