Tuxtla Gutiérrez, Chis.-
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Chiapas se declaró en “alerta máxima” ante probables riesgos de represión tras emplazar al gobierno federal a resolver la abrogación de la reforma educativa, y dijo que de esa respuesta dependerá el inicio del ciclo escolar el próximo 22 de este mes o el endurecimiento de las acciones magisteriales.
La CNTE convocó a sus bases a concentrarse, a partir de las próximas horas, en los campamentos del “plantón” que sostiene desde hace 92 días en el centro de Tuxtla Gutiérrez, ante los riesgos de posible “represión gubernamental”.
Mientras que para mañana lunes, como parte de su plan de acción inmediato, los disidentes ocuparán y bloquearán la Torre Chiapas, un edificio que alberga distintas oficinas de los tres órdenes de gobierno.
Los docentes “tomarán” además el inmueble de la Secretaría Estatal de Educación, las oficinas de Planeación Educativa, las instalaciones de Educación Federalizada y del Instituto Nacional de Evaluación.
Manuel de Jesús Mendoza Vázquez, secretario general suplente de la Sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), aseguró que el magisterio disidente no iniciará el ciclo escolar 2016-2017 si el gobierno persiste en la “necesidad” de no resolver la demanda central magisterial, que se reduce en la abrogación de la reforma educativa.
En conferencia de prensa, dijo que a partir de esta fecha la CNTE emplaza al gobierno para que dé una respuesta clara y efectiva, si no fuera así, el movimiento proseguirá su plan estratégico y táctico de acciones; “a 92 días de movilizaciones estamos más fuertes y unidos y el Estado no nos desgastará ni derrotará”, afirmó el representante magisterial.
Sostuvo que la Coordinadora mantendrá su “insurgencia” pacífica y propositiva, porque el objetivo es derogar la reforma educativa que atenta contra la educación pública y los derechos laborales del gremio.
Incluso, aseveró que al magisterio en resistencia no les preocupan las acciones políticas ni legales realizadas por las cúpulas empresariales; si el gobierno cediera a la petición de los empresarios “apátridas para golpear a los trabajadores, responderemos como sabemos hacerlos”, advirtió.
Pedro Gómez Bahamaca, integrante de la Comisión Política de la Sección 7, señaló por su parte, que si el gobierno no llegara a acuerdos sobre la reforma, en torno a su posición de “que no moverá ni un punto, ni una coma”, la Coordinadora ratificará la permanencia del movimiento con un plan de acciones “más endurecido”.
A más de 90 días de paro y movilizaciones, sostuvo que la CNTE posee la capacidad de respuesta, y “no vamos a echarnos atrás”; y advirtió que ante el riesgo de represión se declaró “la alerta máxima” y se convocó a las bases magisteriales a concentrarse en el “plantón” de la capital de Chiapas, desde donde “se repelaría cualquier ataque”.
Amagó que si las repuestas de la mesa política, que se realizará el próximo martes entre la CNTE y el gobierno federal, no fueran las esperadas, el magisterio disidente podría endurecer más sus “posiciones”, porque si bien se logró el pago de salarios y descuentos en un 80 por ciento, están pendientes desde enero pasado los pagos a integrantes del Comité Seccional y la conciliación, por falta de presupuesto, de 2 mil 700 plazas magisteriales.
Queda todavía pendiente la demanda central: la abrogación de la reforma educativa, que es la razón y motivo de la lucha magisterial, puntualizó Gómez Bahamaca.
Los docentes chiapanecos estallaron su paro laboral hace 92 días, y se “plantaron” en el centro de Tuxtla Gutiérrez.
Durante estos tres meses los manifestantes han bloqueado carreteras, puentes fronterizos, casetas de peaje, y ocupado edificios públicos, plazas y centros comerciales, así como medios de comunicación.