Tlalnepantla, Méx.-
Francisco “N”, de 21 años de edad, se echaba su mochila al hombro por la mañana, pasaba por el pequeño Oswaldo, de seis años, y ambos salían de la vecindad que habitaban en Tultitlán. Su destino eran diferentes cruceros del valle de México.
En el lugar, el joven se caracterizaba de migrante. En la mano llevaba un billete de Guatemala y se lo mostraba a los automovilistas. Junto a él siempre se encontraba el niño, que también pedía dádivas a los conductores.
El pasado miércoles, sicólogos del programa Menores Trabajadores Urbano Marginales (Metrum) del DIF de Tlalnepantla detectaron al hombre y al menor, que pedían dinero en el crucero de las avenidas Mario Colín y Toltecas, en las inmediaciones del centro municipal, a la altura de la colonia La Comunidad.
Los sicólogos pensaron que el menor era hijo de Francisco y le advirtieron al hombre del riesgo en que se encontraba el pequeño por estar entre vehículos. En ese momento llegó al lugar una mujer y le reclamó al joven por no llegar a dormir a su domicilio.
“¿Cómo?”, preguntó el personal del DIF municipal. La mujer respondió: “Ese niño no es su hijo y tampoco es guatemalteco, es mexicano”.
Clara Camacho Méndez, directora Jurídica del DIF de Tlalnepantla, informó que el personal de Metrum pidió apoyo a la policía municipal para que detuvieran a Francisco, quien fue presentado ante el Ministerio Público de la localidad, por el presunto delito de trata de personas.
Agregó que el joven señaló que habita en una vecindad de Tultitlán y Oswaldo es su vecino, cuya madre al parecer tiene problemas con las drogas, por lo que se llevaba al menor para pedir dinero en cruceros, simulando ser migrante guatemalteco.
Camacho Méndez añadió que la Procuraduría de Justicia de la entidad inició la carpeta de investigación 4841309000068914 y Francisco permanece detenido, en tanto se define su situación jurídica, mientras que el menor fue canalizado a un albergue que presta ayuda al DIF de Tlalnepantla, donde es resguardado.
Aseguró que el DIF de Tlalnepantla estableció contacto con el DIF de Tultitlán para localizar a la madre de Oswaldo y determinar si se regresa al menor con ella o con otro familiar.
Mencionó que al parecer el niño de seis años fue aleccionado para pedir dádivas a los automovilistas y declaró que no asiste a la escuela, ya que no tiene documentos. Sicólogos entablan los primeros contactos con el menor, para brindarle ayuda, quien al parecer tiene un hermano de dos años.
En Tultitlán existen personas originarias de Centroamérica que piden dinero en las calles como un modus vivendi, a los que la población denomina “charoleros”, pues se hacen pasar por migrantes, pero en realidad radican en el país o son mexicanos.
Pobladores de Lechería relataron que los “charoleros” en un día llegan a ganar hasta mil 500 pesos, por lo que muchas personas se dedican a esta actividad en los cruceros y en algunos casos acompañados de menores.
Agregaron que también existen verdaderos migrantes que igualmente solicitan cooperación de la ciudadanía, aunque éstos están de paso y únicamente se les ve por unos días en los cruceros, mientras que los “charoleros” se mueven en diferentes ubicaciones para no ser detectados.
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