Cd. de México.-
Todos los focos del mundo se dirigieron a una nación latinoamericana cuando Andrés Manuel López Obrador logró arribar a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos de la mano de un partido que no había gozado de historia bajo ningún concepto en los estándares políticos y sociales del territorio. Fundando el mismo el ahora partido político llamado Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), que pasó de ser una asociación civil a ser el movimiento que preside el pesto más alto del Ejecutivo, resultó muy polémico para muchas cadenas de comunicación y analistas su llegada al poder después de dos intentos fallidos del llamado AMLO.
Y es que desde hacía más de 60 años no había cambiado el poder de manos que no fuera a los partidos destacados del país conocidos como PRI (Partido de Revolución Industrial) y PRD (Partido de la Revolución Democrática). Esta señal tomó a muchos de manera desprevenida pues los estándares políticos se han visto alterados de manera apabullante producto de la falta de políticas eficientes ofrecidas por el último gobierno electo.
De esta manera asume un candidato muy reconocido nacional e internacionalmente como un populista muy relacionado con las políticas sociales y siempre a favor de los menos afortunados que, gracias a una campaña muy eficiente (en cuanto a soluciones para conflictos se refiere), logró tocar el corazón de millones de mexicanos y obtener la mayor cantidad de votos a favor como jamás se había visto en la historia de este país desarrollado.
Manobras como disminuir su sueldo en un 60% tanto para su cargo como para todos los funcionarios en un claro de austeridad hasta la promesa de una reforma constitucional para que los Jefes de Estados de la nación puedan ser juzgados por delitos de corrupción y otros actos ilícitos ha logrado “enamorar” a la plebe a través de una imagen humilde y sin secretos aparentes.
Gracias a esto y las políticas en desarrollo para combatir la inseguridad, tráfico de drogas, delincuencia, corrupción y hasta problemas en política migratoria fueron otro de los grandes tantos a favor que obtuvo la campaña de AMLO para declararse cómo candidato vencedor en las últimas elecciones presidenciales.
No obstante la polémica vuelve a llegar a la boca de todos cuando observamos algunos medios que puede utilizar el nuevo Ejecutivo para lograr estos objetivos. Desde amnistías a personajes militares implicados con el narcotráfico hasta despenalización de estupefacientes como la marihuana, es obvio que muchos de estos recursos no obtendrán el mayor de los agrados para todos los personajes que votaron por el recién candidato electo.
Al juntar esto con las declaraciones de apoyo (y empatía) con el fallecido líder de la Revolución Cubana Fidel Castro o procesos como el realizado en la Venezuela de Nicolás Maduro es obvio que el escándalo puede estar servido para muchos personajes de carácter político internacional y los medios de comunicación que se hacen cargo de llevar estas noticias a todo el mundo. No se puede dudar de que si bien AMLO consigue un éxito rotundo en su intento de pacificación de la nación mexicana siempre estará expuesta a la condición de polémica que lo ha envuelto desde su llegada al más alto cargo del Estado.