Cd. de México.-
Por primera vez el atrio de la Basílica de Guadalupe lució vacío durante los festejos del 12 de diciembre. La pandemia por Covid-19 evitó que millones de feligreses le cantaran “Las Mañanitas” a la Virgen, y una lluvia atípica impidió que se encendieran 15 mil veladoras e iluminaran el tapete monumental realizado por artesanos de Huamantla, Tlaxcala, el cual engalanaría los festejos guadalupanos.
El silencio fue lo único que acompañó a los arreglos florales y a la imagen de la Virgen plasmada en aserrín de distintos colores; no había millones de fieles tratando de ingresar al recinto religioso, faltó la algarabía de los danzantes que en honor de la Reina de las Américas ejecutan sus coreografías una y otra vez durante todo el 11 de diciembre.
Tampoco se vio a las caravanas haciendo fila para pasar frente a la imagen de su Patrona, ni los módulos de primeros auxilios saturados por atender a peregrinos con lesiones en sus pies o rodillas. El Templo Mariano no se llenó de casas de campaña ni en sus alrededores hubo gente regalando tortas, tacos, agua, café o atole.
En contraste, los alrededores de la Basílica fueron cercados con vallas para impedir el paso a uno que otro peregrino que trató de llegar hasta la Villa.
“Está muy triste este año, creo que es lo más lejos que he llegado, porque en otras ocasiones apenas y logro entrar a la calzada de Guadalupe de tan lleno que está, ves gente por todos lados, desde los que regalan comida, los que vienen en bici o caminando, pero bueno, pude dar gracias por todo lo bueno y me voy conforme”, dijo Miguel Ángel, creyente originario del Estado de México.
“Hay que quitar y poner las vallas a ver si se pasa más rápido el tiempo”, gritó un empleado de la alcaldía Gustavo A. Madero, antes de indicarle a un par de jóvenes que el acceso estaba restringido y que debían rodear el templo para continuar su camino.
Minutos antes de las 18:00 horas, alrededor de 100 empleados de la Basílica de Guadalupe trataron de encender las 15 mil veladoras que los fieles fueron dejando en el templo desde que se anunció que este año no se permitiría el ingreso a la explanada ni se dejaría que los fieles pasaran la noche en el Tepeyac.
Las veladoras rodearon el tapete floral elaborado por artesanos de Huamantla, Tlaxcala, en honor a la Virgen; de esta manera, las autoridades religiosas festejaron el 489 aniversario de sus apariciones a San Juan Diego.
El 9 de diciembre, a las 20:00 horas, la Puerta Mariana cerró por completo, al igual que todos los accesos al templo, un día después, trabajadores del recinto con ayuda de artesanos de Tlaxcala colocaron los tapetes hechos con más de 80 mil flores que representan la presencia de los fieles que las dejaron en honor de la Virgen; en medio construyeron un tapete hecho con aserrín y todo lo rodearon con veladoras que contenían mensajes de agradecimiento y algunas peticiones como salud y empleo.
Al atardecer, el centenar de trabajadores de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe puso manos a la obra y una por una trató de prender las veladoras que iluminarían el atrio del templo, en media hora, lograron prender miles de veladoras, pero conforme oscureció el aire hizo de las suyas.
Los empleados intentaron una y otra vez el encendido, pero además del viento, empezó a llover, y cuando las gotas arreciaron, se percataron de que muy pocas velas quedaban encendidas, así que dejaron de intentarlo… no lograron su cometido, pero los colores del tapete monumental bastaron para iluminar el atrio de la Basílica de Guadalupe.
Como cada año, se escucharon Las Mañanitas guadalupanas, pero no en coro por miles de mexicanos. Después, se transmitió una misa grabada por el obispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, en presencia del Cabildo de Guadalupe en la que se oró por el personal de salud que ha hecho frente a la pandemia y elevó una súplica por cada una de las familias que han perdido a un ser querido por la enfermedad respiratoria.