México, D.F./Dic. 8
La posibilidad de una falla mecánica en el Learjet 45, similar a las ocurridas ya en otros lugares, ha sido soslayada sin razón aparente. La polémica se agudizará, pues están en curso demandas judiciales por parte de los deudos de las víctimas.
Expertos en aeronáutica han detectado en las conversaciones finales entre la tripulación del trágico vuelo en el que murieron Juan Camilo Mouriño y sus acompañantes, una clara alerta por deficiencias en el funcionamiento de los “flaps” o spoilers de las alas de la nave. De la inclinación precisa de éstos depende que se reduzca la velocidad del aparato (por ello se les denomina también “speed brakes”).
-“Speed brakes”-, ordena uno de los pilotos, según la transcripción oficial de las conversaciones.
– “Es que algo anda mal aquí…”-, le responden.
En las propias conversaciones se alude a la reciente revisión practicada al avión, durante la cual –dicen los referidos expertos-, al parecer quedó “convenientemente” desconectada la caja negra que toma registro del comportamiento de los citados spoilers.
– Todavía le faltan algunos ajustes, me dijeron, no?-, pregunta la voz de un hombre no identificado que se acerca a la cabina de los pilotos.
– Ahorita ya está, ya quedó, verdad, Álvaro?-, argumenta un piloto.
– Es que, como a todo le meten mano, y algo le…-, repone el aludido.
Esa falla, se aseguró a este espacio, pudo ser la causa del súbito viraje que la nave registró instantes después, desatando la pérdida de control que la hizo estrellarse. Ese extraño viraje casi en 180 grados (“dutch roll”, se le denomina), ha ocurrido también en otros casos, en aviones idénticos.
¿Por qué no se ha profundizado en este enfoque, y en cambio se enfatiza el tema de la turbulencia provocada por un jet comercial, pero no se deja de insistir que ambos aparatos estaban a la distancia reglamentaria?, se preguntan los expertos consultados.
El 2 de octubre de 2003, otro Learjet 45 experimentó un “giro incontrolado” debido a una falla en los spoilers, durante el proceso de aterrizaje en el aeropuerto de Denver, Estados Unidos, lo que obligó a la tripulación a realizar maniobras de emergencia para poder llegar a tierra.
Otro Learjet 45 más encaró problemas exactamente iguales el 15 de marzo de 2002 (falla en los spoilers y un brusco giro o “dutch roll”), durante un vuelo entre Roma y el Reino Unido. El comandante reportó una caída abrupta de la nave “difícil de controlar”, y recibió órdenes de regresar a su punto de partida.
Informes detallados de estos hechos, con similitudes pasmosas con el caso del avión de Mouriño, obran en poder de “Expedientes abiertos”. La parte sustantiva de ellos puede ser consultada por usted en la página de Internet de EL UNIVERSAL.
Si la autoridad se mantiene de espaldas a este tema, seguramente nos lo toparemos nuevamente al concretarse demandas judiciales que preparan ya deudos de algunas de las víctimas del avionazo del cuatro de noviembre. Los acusados serán el gobierno mexicano y la compañía constructora del Learjet 45. Los montos reclamados irán de 300 a 500 millones de dólares.
Los expertos que siguen el caso prevén que, enfrentados al riesgo de un pago de esa dimensión, los fabricantes del avión echarán mano de todo lo que puedan para defenderse. Y entonces, ya lo verá usted, resurgirá la hipótesis del atentado.
APUNTES
EL RECTOR de la UNAM, José Narro, y la secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, parecen inscritos en rumbo de colisión. El primero puso en ridículo a la funcionaria cuando condenó en público el rezago existente en cobertura de educación superior: al menos dos décadas en relación con Chile o Argentina. Pero, en corto, le hizo ver que urge un nuevo programa de alfabetización, pues resulta una vergüenza que todavía millones de mexicanos no sepan leer y escribir. Incluso ofreció apoyo de estudiantes de la Universidad. La respuesta de Vázquez Mota no pudo ser más patética: “Le deseo suerte, rector”. EL PRI parece obstaculizar la propuesta de ley para federalizar los crímenes contra periodistas. Ni el líder de la bancada tricolor en San Lázaro, Emilio Gamboa, ni el presidente de la Comisión de Justicia, César Camacho, han determinado acompañar con hechos sus ofrecimientos de apoyo. Si no hay un cambio esta semana, el tema se irá al próximo y último periodo de sesiones de esta legislatura.
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